Las economías emergentes impulsarán el crecimiento del consumo y la producción de alimentos de origen animal entre el 2025 y el 2034.(Foto: Fedearroz, Colombia).
Durante la próxima década se requiere incrementar aún más la producción alimentaria mundial mediante mejoras en la productividad agrícola y pecuaria, a fin de reducir la desnutrición y las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de origen agropecuario. Así lo prevé un nuevo informe dado a conocer el 15 de julio por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura –FAO– y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos –OCDE–, en el que se advierte que la producción y la ingesta calórica de productos de origen animal aumenten en la medida en que también se incrementan los ingresos de la población en los países de ingresos medios. (Foto: FAO).

El informe “Perspectivas Agrícolas OCDE-FAO 2025-2034” se constituye en referencia mundial clave sobre la prospectiva a medio plazo de los mercados agrícolas, pecuario y pesqueros en los países, las regiones y el mundo entero. La 21ª edición del análisis conjunto de estas organizaciones proyecta que la ingesta calórica per cápita mundial de productos pecuarios y pesqueros aumentará un 6 % durante la próxima década, impulsada principalmente por un rápido incremento en los países de ingresos medios-bajos, donde se prevé que el crecimiento alcance el 24 %, casi cuatro veces más rápido que el promedio mundial.
El incremento en el consumo de alimentos ricos en nutrientes en los países de ingresos medios elevará la ingesta media per cápita a 364 calorías diarias, mientras que en los países de bajos ingresos se proyecta que la ingesta promedio diaria per cápita de alimentos de origen animal sea de 143 calorías, muy por debajo del punto de referencia de 300 calorías utilizado por la FAO para analizar el costo y la asequibilidad de una dieta saludable.

«Tenemos las herramientas para acabar con el hambre e impulsar la seguridad alimentaria mundial», dijo el secretario general de la OCDE, Mathias Cormann (en la foto, OCDE).
Por su parte, el director general de la FAO, QU Dongyu (en la foto, abajo, FAO), cree que “estas proyecciones apuntan a una mejor nutrición para muchas personas en los países en desarrollo, un resultado positivo que debe ampliarse para llegar a quienes viven en naciones de ingresos más bajos». Las dos organizaciones concluyen que una menor intensidad de carbono en los sistemas agroalimentarios también será bienvenida, “pero podemos hacerlo mejor, y la FAO y la OCDE están listas para ayudar a reducirla aún más”.

Las tendencias de productividad irán en aumento paulatino hasta estabilizarse en los próximos 10 años
Se proyecta que la producción mundial de productos agrícolas y pesqueros se expandirá aproximadamente un 14 % hasta 2034, impulsada principalmente por el aumento de la productividad en los países de ingresos medios. Sin embargo, este crecimiento implica la expansión de los rebaños de animales y las áreas de cultivo. Si bien se prevé que la producción de carne, productos lácteos y huevos aumente un 17 %, los inventarios mundiales totales de ganado vacuno, ovino, porcino y avícola se expandirán un 7 %. Sin embargo, esos avances generarán un aumento del 6 % en las emisiones directas de GEI agrícolas durante la próxima década, lo que refleja una disminución de la intensidad de carbono de las emisiones directas globales asociadas con la producción agrícola.
Se espera que las mejoras proyectadas en la productividad presionen a la baja los precios reales de los productos agrícolas. Esto podría plantear desafíos significativos para los pequeños agricultores, quienes son vulnerables a la volatilidad del mercado y tienen una capacidad limitada para adoptar las tecnologías innovadoras necesarias para aumentar la productividad. Además de apoyar los esfuerzos para mejorar el crecimiento de la productividad, los gobiernos también deben garantizar que los agricultores tengan un mejor acceso a los mercados y a programas de apoyo adaptados a sus necesidades locales.

Según las Perspectivas, se requieren mayores esfuerzos para mejorar la productividad agrícola a fin de abordar el doble desafío de reducir la desnutrición y las emisiones de GEI agrícolas. Un análisis de escenarios sugiere que la desnutrición mundial podría erradicarse y las emisiones directas de GEI agrícolas podrían reducirse en un 7 % con respecto a los niveles actuales si se realizan inversiones combinadas en tecnologías de reducción de emisiones y en el aumento de la producción de alimentos mediante una mejora del 15 % en la productividad. Para lograr estos objetivos, se requerirá la adopción generalizada de las tecnologías de reducción de emisiones actualmente disponibles, como la agricultura de precisión, la mejora de la alimentación del ganado, la gestión mejorada de los nutrientes y el agua, y prácticas escalables de bajo costo como la rotación de cultivos y el cultivo intercalado.
Ante las posibles interrupciones en la cadena de suministro, la cooperación multilateral y un sistema de comercio agrícola basado en normas también son clave, ya que las Perspectivas proyectan que el 22 % de todas las calorías cruzarán fronteras internacionales antes del consumo final. Facilitar los flujos comerciales agrícolas beneficiará el equilibrio de los déficits y excedentes de alimentos, la estabilización de los precios y la mejora de la seguridad alimentaria y la sostenibilidad.

Conclusiones principales del informe “Perspectivas Agrícolas OCDE-FAO 2025-2034”
— Se proyecta que la producción mundial de cereales crezca a una tasa anual promedio del 1,1 %, impulsada principalmente por un aumento anual del 0,9 % en los rendimientos. Se proyecta que la superficie cosechada se expanda tan solo un 0,14 % anual, menos de la mitad del 0,33 % de la década anterior.
Para 2034, el 40 % de todos los cereales serán consumidos directamente por los seres humanos, mientras que el 33 % se utilizará para la alimentación animal. Se proyecta que la producción de biocombustibles y otros usos industriales representarán el resto
Se proyecta que la demanda mundial de biocombustibles crezca a una tasa anual promedio del 0,9 %, impulsada principalmente por aumentos en Brasil, India e Indonesia.
— África subsahariana ilustra las importantes oportunidades para un conjunto sólido de iniciativas para mejorar la productividad: el rebaño de ganado vacuno de la región es tres veces mayor que en América del Norte y se proyecta que crezca un 15 %, mientras que la producción por animal es solo una décima parte de esa cifra.
— Se proyecta que la India y los países del Sudeste Asiático representarán el 39 % del crecimiento del consumo mundial para 2034, en comparación con el 32 % de la última década, mientras que la participación de China se proyecta en el 13 %, una disminución respecto al 32 % de la última década.
— En los países de altos ingresos, se proyecta que el consumo per cápita de grasas y edulcorantes disminuya debido a preferencias cambiantes, cambios en las políticas y nuevas preocupaciones sanitarias.
Trabajando con más de 100 países, la OCDE es un foro político global que promueve políticas para preservar la libertad individual y mejorar el bienestar económico y social de las personas en todo el mundo.
Con 194 países miembros, la FAO es el principal organismo internacional centrado en los sistemas agroalimentarios y custodio de los indicadores fundamentales del Objetivo de Desarrollo Sostenible 2, “hambre cero”.

El análisis final con una buena prospectiva agroindustrial
La proyección a mediano plazo prevé una disminución moderada de los precios reales anuales promedio de los productos básicos agrícolas, lo que refleja las continuas mejoras de la productividad promedio que reducen los costos de producción. En consecuencia, los agricultores individuales, en especial los pequeños que suelen ser los más vulnerables a las perturbaciones del mercado y tienen una capacidad limitada para adoptar tecnologías innovadoras, se enfrentan a una creciente presión para incrementar su productividad individual. Por tanto, las mejoras sostenidas de la eficacia agrícola, la adopción de tecnologías innovadoras y un mejor acceso a los insumos, el conocimiento y los mercados, así como prácticas eficaces de gestión de riesgos empresariales adaptadas a las necesidades locales, son decisivos para mantener los ingresos y los medios de vida agrícolas. La evolución de los precios reales también reflejará la volatilidad asociada a los impactos de las perturbaciones climáticas, las interrupciones en la cadena de suministros y las tensiones geopolíticas.
La información y los datos de las Perspectivas, incluidas las principales conclusiones, están disponibles gratuitamente en:

















