El productor ganadero Jaime Bernal es un médico veterinario innovador, que comercializa ganado por teléfono celular desde Villavicencio (Colombia), mediante la aplicación de WhatsApp.
Ubicado en su finca ganadera en Villavicencio, Meta (Colombia), Jaime Andrés Bernal Quintero se las ingenió para trabajar en medio de la pandemia del coronavirus y aprovechar las bondades de la tecnología representada en conectividad y uso de dispositivos móviles.
Todas las semanas, Jaime Bernal reúne un grupo de comercializadores de bovinos vivos que esperan participar en subastas de ganado virtuales en las que se oferta ejemplares de fincas ganaderas de la región.
En la aplicación WhatsApp, el emprendimiento del ganadero encontró una gran oportunidad para hacer negocios, lejos de las aglomeraciones (remates presenciales) o de las tradicionales ferias ganaderas del país, canceladas por efectos del confinamiento y aislamiento de las multitudes a consecuencia de la covid-19.
A través de su teléfono celular ideó la llamada ‘Subasta en su móvil’, un sistema con el que, a través de la aplicación, los comerciantes crean grupos y realizan auténticas subastas de ganado en las que Bernal Quintero ejerce como Martillo.
Pese a que su idea nació mucho antes de la emergencia por el coronavirus, Bernal asegura que durante la coyuntura sanitaria se ha fortalecido este emprendimiento, que semana a semana aumenta los usuarios y, por consiguiente, los negocios.
Hablamos con Jaime Andrés Bernal Quintero, quien compartió con nuestros lectores su experiencia acerca del origen de las ‘Subastas en su móvil’, la manera de hacer los remates, las características de los martillos, las garantías para compradores y vendedores, los compromisos adquiridos en la compra y venta de animales y todos los detalles referentes a su iniciativa comercial.
Comercialización virtual, fácil y segura
El emprendimiento de Bernal Quintero, reconocido en el gremio de las subastas ganaderas, busca optimizar el tiempo de los productores ganaderos, quienes anteriormente debían hacer largos desplazamientos hasta donde se llevaban a cabo las subastas presenciales, a fin de comprar y vender sus reses, Y no es solamente de los Llanos Orientales, sino a nivel nacional o internacional. “Sin duda, gracias a la pandemia el producto creció”, asegura el empresario ganadero. Es así como ellos arrancaron, hace año y medio, con unas veinte personas y ya son casi quinientos abonados los que posee en los grupos de whatsapp.
“Yo soy un convencido del whatsapp, afirma el ganadero, debido a que la idiosincrasia y la mentalidad de nuestros productores no da para manejar sistemas complejos”. Esta aplicación es especialmente sencilla, ya que no necesita entrar a través de ningún link, por lo que les ha dado excelentes resultados. Es así como en Colombia se hizo un remate de una ganadería en la costa, en el Rancho Guadalupe y pudimos reunir gente de todas partes, inclusive desde Houston, Texas, en Estados Unidos, ofertando por subastas de ganado. “La novilla estaba en Planeta Rica, la facturación estaba en Montería y el martillo (este servidor), estaba en Villavicencio”. Gracias al whatsapp, algo tan sencillo, se pudo reunir gente de tres partes diferentes del mundo.
La subasta comercial la lleva a cabo Jaime Bernal los martes y viernes desde Villavicencio. “Estamos comercializando entre 1.300 y 1.800 animales mensuales”. El sistema es supremamente simple y fácil de participar. Primero, se envían los videos de donde están situados los ganados, con la ventaja de que no hay que mover los animales de sus sitios de origen hasta que no sean comprados, y segundo, el día de la subasta el participante envía por whatsapp su oferta y comienza la puja como en cualquier remate, hasta que se le asigna la venta al mejor postor, al cierre de la subasta.
Anteriormente lo hacían una vez a la semana, pero ahora, por el volumen de ganado, lo están haciendo dos veces a la semana. Se llevan a cabo, además, algunos eventos especiales de ganado puro. “Ya hicimos uno con Rancho Guadalupe y realizamos otro del Comité Cebú del Alto Magdalena. También hicimos uno con la gobernación del Caquetá, el pasado 13 de septiembre y el próximo 12 de octubre tenemos otro, nuevamente, con Rancho Guadalupe”.
Por otra parte, “la persona que desea ofertar una subasta de ganado se comunica con nosotros. Para ello, nos debe enviar un video del ganado realizado desde su celular, en formato horizontal, con el sol a las espaldas”. El ganado debe caminar suavemente para que se pueda apreciar lo mejor posible. Con ese video, Jaime Bernal monta un audiovisual (sonoviso) con toda la información. Nos deben enviar muy claramente qué tipo de ganado es, el sexo, la edad, el peso, la ubicación exacta, en qué finca está ubicado y las condiciones del negocio: si es por báscula, si es al kilo, si es al remate…
“Desde enero le estamos colocando voz a ese video, la mía, la del martillero. Y esos videos se envían previamente a la subasta”. La subasta es el martes y el viernes, entonces los videos se van el lunes y el jueves en la noche, respectivamente. Y el martes y viernes, de cinco a seis de la tarde, es la subasta. Los compradores, desde sus celulares van ofertando de acuerdo con el lote de su interés. Y se van organizando unas tablas, donde se conoce quien va ganando las subastas del ganado. Y a las seis en punto de la tarde se cierra la subasta. Las pujas que entran después de las seis cero uno (6,01) no son recibidas”, explicó Bernal Quintero.
Es algo que se ha convertido en tradición y la gente, el lunes está esperando los videos. Los posibles compradores los analizan y el martes se vuelven a enviar a las cuatro de la tarde y de cinco a seis es la subasta como tal. Todo el ganado va registrado por el Instituto Colombiano Agropecuario -ICA-, que es la autoridad sanitaria que avala la calidad de los animales. Cuando el ganadero va a recibir lo que compró, estos animales se repesan para que haya total tranquilidad, tanto del vendedor como del comprador. “A nosotros lo que nos importa es que haya una total transparencia en el mercado de estos especímenes”. La diferencia con las subastas presenciales (que es una ventaja para las virtuales) es que el ganado permanece en las fincas y no sale de allí hasta que no está negociado. Entonces hay un ahorro en transporte, en fletes y se procura un bienestar animal adecuado. Y se evitan condiciones de estrés o inseguridad que suceden cuando van de subasta en subasta. Ahora, simplemente el ganado se moviliza cuando hay un negocio en firme.
El emprendimiento ha tenido un gran crecimiento, ya que hace año y medio empezaron con un grupo muy cerrado de personas, “pero ya tenemos dos grupos, y llegamos a casi 500 clientes. No requerimos demasiados documentos para entrar, ya que esto se hace básicamente mediante el sistema “voz a voz” de los mismos ganaderos que se encuentran en la subasta. Al final esto se vuelve una familia de personas que son conocidas, las pujas se hacen con el nombre de la persona que está en el celular que me envía. Pedimos unos datos básicos de teléfono, dirección, quién lo referenció y dónde tiene la finca. Hasta ahora no hemos tenido inconvenientes con este tipo de transacciones”, precisa el doctor Jaime Bernal, quien explica que para participar en la subasta tan solo tiene que comunicarse a su número celular: 3146306950.