Daniel Espinosa tomó posesión de su cargo a partir del pasado 26 de junio y como empresario experimentado en lides de administración ganadera y el manejo técnico de los hatos de inmediato se puso al frente de Unaga.
Con el propósito claro de trabajar de manera mancomunada con todas las asociaciones pecuarias asociadas, los demás gremios de la producción, el Gobierno nacional (por intermedio del Ministerio de Agricultura y sus entidades adscritas) y con los propios productores, a fin de unir esfuerzos y conseguir redireccionar el gremio tanto en su aspecto de representatividad institucional como al interior de sus finanzas y sus metas económicas y gremiales.
El nuevo presidente de Unaga accedió a dialogar con Agricultura de las Américas y reveló detalles de la situación actual del gremio, que hoy pasa por dificultades en su administración interna, organizacional y financiera, así como de un bajo perfil en su función de vocero económico y técnico de la ganadería especializada y comercial.
En opinión de Espinosa Garcés, lo primero que hay que hacer aquí y ahora es unir a los ganaderos para fortalecer su participación en las decisiones que favorezcan al sector y comenzar a superar una a una las dificultades por las que atraviesa Unaga, “buscando que el gremio tenga independencia, una posición autónoma y de solidez económica ”.
precisó Espinosa
“El objetivo es sumar y no restar. La función técnica de la entidad debe potencializar al gremio ganadero, que ha sufrido por diversas causas, como la ilegalidad y los tantos años en los que las fuerzas subversivas y los enemigos del país atacaban por todos los frentes a los productores ganaderos”.
Otra de sus preocupaciones radica en que por la politización gremial se ha disminuido el avance y desarrollo de la ganadería y el país ha perdido muchas oportunidades de competitividad en los mercados internacionales. “Por ejemplo, temas como el control de la aftosa y otras enfermedades del ganado, no fueron atendidas ni controladas de manera adecuada ni con el rigor que se necesita. Eso de por sí genera limitaciones y detiene el crecimiento”, dijo el dirigente.
“No se trata del trabajo de una o dos personas –agregó–, sino del esfuerzo mancomunado de todas las asociaciones en pro de Unaga”. Por eso, a manera de estrategia de cooperación interna, se crearon tres comités, cada uno con tres miembros de diversas asociaciones, así: el financiero, para revisar y reorientar la economía de la asociación; el de relaciones públicas, a fin de trabajar en la recuperación de la institucionalidad y la participación del gremio en asuntos de interés nacional; y, finalmente, el comité de eventos, que le dará fuerza a la participación de los gremios asociados en las principales ferias del país. Al estar cada comité constituido por diferentes asociaciones de razas ganaderas y personas, se espera darles un mayor impulso y colaboración participativa a todos los integrantes de Unaga, en beneficio propio y del desarrollo institucional.
Según Daniel Espinosa, esto busca que cada asociación, cada ganadero, logre trabajar por el mejoramiento genético de su hato, mientras Unaga adelanta, como gremio cúpula, su proceso de reorganización y fortalecimiento interno para definir un norte más claro que les permita a los ganaderos conseguir sus objetivos en el futuro cercano.
Espinosa Garcés explica que pese a que estuvo alejado cerca de cuatro años de Unaga, ahora tiene que retomar el conocimiento de la agremiación; para que, de acuerdo con los resultados de la labor de los comités, se tomen las medidas requeridas para el fortalecimiento de la institución. Para ello habrá que acercarse al Ministerio de Agricultura, a Fedegan, Analac y los comités de ganaderos regionales para luego elaborar proyectos que apoyen el desarrollo ganadero regional y nacional. “Y en eso estamos, en un cabildeo para salir de esta crisis”, manifestó el dirigente gremial.
Sin embargo, a pesar de los conflictos al interior del ente ganadero, los propios ganaderos de forma privada no han dejado de desarrollar los procesos de mejoramiento genético en el país, “que son como un carro que no para”. Proceso que, según Espinosa, podría optimizarse, si se contara con mayor participación del Estado, para, entre otros objetivos, obtener unas carnes aptas para la exportación. “No me refiero a un Gobierno específico, sino a una política de Estado”, precisa Espinosa, donde en medio de estos programas propone que se avance, no solamente con el trabajo privado, sino con el apoyo del propio Estado en el desarrollo de lo que es el mejoramiento de la genética como tal.
Tampoco es fácil encontrar que en un país en vía de desarrollo, con tantas dificultades que nos agobian en temas como la educación, la salud y otra cantidad de dificultades nacionales, se facilite pensar que uno pueda tener una total atención del Estado para solucionar los desafíos agrícolas. “Aunque en los últimos tiempos sí se ha visto mayor interés en ese sentido”, indicó.
Aunque Espinosa Garcés asumió a finales de junio la presidencia de Unaga, ya tuvo la oportunidad de estar en una reunión del Fondo Nacional del Ganado (FNG) con el ministro de Agricultura y el presidente del FNG, y aunque su intervención fue muy corta alcanzó a percibir el trabajo que se hace al interior del FNG, que sin duda posee un interés marcado de trabajar por la ganadería del país.
“Como gremio tenemos que trabajar unidos para jalonar políticas, ideas que ayuden al desarrollo sostenible y a aportar para que todo funcione de la mejor manera”, propone el presidente de Unaga, quien considera que se debe aportar a la visión de lo que se requiere hacer para tener animales adecuados para que todo funcione de manera adecuada, y así lograr el desarrollo de la ganadería en su conjunto.