Por Alejandro Vargas
Alba Rodríguez
Osaka, Japón
La circularidad, la arquitectura basada en materiales modulares, el uso de biomateriales como el cáñamo y el micelio, junto con una firme apuesta por la sostenibilidad, definen a algunos de los pabellones más innovadores de la Exposición Universal 2025 de Osaka.
Inspirados por el lema de la Expo, “Diseñando la sociedad del futuro e imaginando nuestras vidas del mañana”, diez pabellones se alzan como manifiestos arquitectónicos que conjugan sostenibilidad, audacia estética y narrativas expositivas que desafían los límites. Desde la bioeconomía hasta la medicina regenerativa, pasando por visiones futuristas, cada uno plantea una experiencia que anticipa y reinventa lo que podría ser el futuro.
1. Pabellón Futuro de la Vida

Desarrollado por el pionero de la robótica Hiroshi Ishiguro, el pabellón “Futuro de la Vida” presenta una visión del mañana donde los robots y las tecnologías de inteligencia artificial no solo evolucionan, sino que superan las capacidades humanas. En este escenario futurista, los avances médicos permitirán a los humanos liberarse de las limitaciones físicas, prologando la vida de manera saludable. Ishiguro plantea un futuro en el que cada persona podrá elegir entre morir o convertirse en un humanoide.
El pabellón también imagina una sociedad en la que las tecnologías ambientales y energéticas ofrecerán la posibilidad de controlar activamente el entorno. Las interfaces cerebro-máquina harán posible conectar el cerebro con dispositivos tecnológicos mediante avatares cibernéticos capaces de ser operados únicamente con el pensamiento. Esta integración abrirá paso a una fusión entre la consciencia humana y lo digital, facilitando una interacción completamente mental con la tecnología.
La propuesta tecnológica parte de la premisa de que la inteligencia artificial y los robots evolucionan, hacia sistemas capaces de aprender y desarrollarse de forma autónoma. Según estimaciones de Bank of America y Goldman Sachs, el año 2060 podría marcar un punto de inflexion, con hasta 3.000 millones de robots compartiendo espacios con la humanidad.
En el interior del pabellón se exhibe una amplia variedad de robots e inteligencias artificiales. Entre ellos destaca Immuyel, un nanorrobot diseñado para optimizar el sistema inmunitario del usuario según su edad y condición física. Este diminuto dispositivo recorre el cuerpo recopilando datos de salud en tiempo real, mientras fortalece las defensas del organismo.
También se presenta Ginie, un robot de apoyo no humanoide orientado a la asistencia de personas mayores. Su diseño busca brindar asistencia tanto en hogares como en residencias geriátricas, promoviendo la autonomía y el bienestar.
Asimismo, se exhiben robots capaces de operar en entornos peligrosos o suplir la escasez de mano de obra, junto con androides realistas (de apariencia notablemente humana) diseñados para evolucionar y asistir en la vida cotidiana.
En un contexto global marcado por el envejecimiento de la población y la caída de las tasas de natalidad, los robots emergen como aliados clave para afrontar algunos de los desafíos del futuro.
2. Pabellón de la Salud de Osaka

El Pabellón de la Salud de Osaka, el segundo más grande de la Expo 2025, se presenta como una ventana al futuro de la atención médica, imaginando cómo será el mundo en el año 2050. Una de sus principales atracciones es la posibilidad de encontrarse con una versión digital personalizada de nuestro «Futuro Yo», creada a partir de la Historia Clínica Personal (HCP).
La experiencia comienza en una zona de registro que recrea un consultorio médico del futuro. Allí, cada visitante recibe un brazalete digital que deberá llevar durante todo el recorrido del Pabellón. El siguiente paso es el punto de detección, un espacio donde se genera su PHR (Personal Health Record o Registro Médico Personalizado). En este módulo, un escáner asistido por inteligencia artificial analiza diferentes indicadores de salud: cabello, dientes, piel, ojos, masa muscular y cerebro.
Cada aspecto evaluado recibe una calificación que va de la A a la E, siendo A la puntuación más alta. Al finalizar el análisis, se muestra en pantalla un puntaje promedio que resume el estado general de salud del visitante.
Luego, un ascensor de diseño futurista trasporta al visitante a una sala equipada con pantallas digitales. Allí lo espera su “future yourself ”, un avatar interactivo que representa como podría verse en el año 2050, basado en su perfil de salud actual.
El recorrido continúa en la sección Nutrición Sanitaria del Futuro (Future Healthcare Food ), donde pantallas inteligentes leen el PHR y sugieren productos alimenticios diseñados específicamente según el perfil de salud de cada persona. Es una mirada hacia la alimentación personalizada del futuro.
El pabellón también ofrece una serie experiencias centradas en el futuro de la atención médica, con especial énfasis en la nutrición personalizada, así como en el bienestar físico y mental. La visita concluye en un espacio dedicado a pymes y startups, donde se exhiben innovaciones tecnológicas aplicadas a la medicina, la longevidad y la calidad de la vida.
3. Pabellón de Alemania

Creado por el Laboratorio de Arquitectura Visionaria (LAVA), con sede en Berlín, el pabellón de Alemania tiene seis elementos estructurales cilíndricos de madera que transmiten el concepto de circularidad. Llamado Wa! Alemania, el pabellón hace alusión al termino japonés Wa, que significa círculo o ciclo, y también representa la idea de armonía, asombro y curiosidad.
Su diseño busca transmitir la noción de un equilibrio entre naturaleza y tecnología, reflejando una visión en la que ambos mundos coexisten y se potencian mutuamente. Está compuesto por dos cilindros que albergan las áreas de exposición y recepción, unidos por una zona verde de libre acceso.
El pabellón es un prototipo de la construcción del futuro. Incorpora materiales circulares e innovadores, utilizando componente 100% reciclables o reutilizables. Entre los materiales se destacan el micelio, la arcilla y el hormigón de cáñamo, materiales sostenibles y sumamente versátiles. Su diseño inteligente está adaptado para favorecer la climatización interior, proponiendo una arquitectura ecológica y funcional a la vez.
La estructura básica del pabellón se compone de 132 toneladas de acero y 140 toneladas de madera. La base metálica, que fue reciclada, forma parte de un sistema modular previsto para que continúe usándose después de la Expo. Las cavidades de los muros de las salas han sido rellanadas con diferentes materiales naturales.
Wa! Alemania invita a sumergirse con el concepto de la economía circular a través de una experiencia interactiva que se despliega en cuatro salas de exhibición y culmina en un jardín en la azotea. La propuesta explora cómo la arquitectura visionaria y el urbanismo consciente pueden ser herramientas activas para construir un futuro más sostenible y circular. Según datos de la Agencia Federal de Medio Ambiente de Alemania (Mweltbundesamt, UBA), en 2021, la industria de la construcción fue responsable de aproximadamente 115 millones de toneladas de emisiones de dióxido de carbono.
4. Pabellón de Japón

Diseñado por el arquitecto Oki Sato, fundador del estudio Nendo, en colaboración con Nikken Oki, el pabellón de Japón propone una arquitectura autosostenible que refleja el ciclo de la vida: transformación y reutilización.
La estructura circular y modular está construida con capas de madera contralaminada (CLT por su sigla en inglés), un material que no solo reduce el impacto ambiental, sino que permite desmontar y reutilizar cada uno de sus componentes. Paneles de madera, dispuestos verticalmente, conforman las paredes exteriores del pabellón. El recorrido interior (concebido también en forma de círculo), se divide en tres zonas temáticas interconectadas: fábrica, granja y planta. Juntas, funcionan como un organismo vivo que da forma tangible al concepto estético japonés de la «circulación».
El Área de Planta inicia con una instalación dedicada a los residuos. Allí, se resalta el papel de los microorganismos, capaces de descomponer los desechos y transformarlos en recursos útiles. Su acción permite generar energía, agua limpia, dióxido de carbono y nutrientes esenciales como el nitrógeno y el fósforo. Aunque los residuos alimentarios suelen ser los más difíciles de aprovechar, tecnologías como el biogás y el compostaje los convierten en fuentes de energía limpia y fertilizante. Reutilizar en lugar de desechar no solo optimiza el sistema, sino que reduce la dependencia de recursos vírgenes.
El ciclo se completa con una planta de biogás integrada al pabellón. Allí, los residuos alimentarios se descomponen mediante microorganismos, generando agua y energía eléctrica para el propio recinto. El CO₂ resultante es capturado y reutilizado en una planta de digestión anaeróbica para producir gas urbano. Mas que una solución ambiental, es una demostración del potencial que esconden los residuos cuando se convierten en recursos.
Una sorpresa inesperada en este espacio es la exhibición de un meteorito marciano, hallado en las montañas Yamato, a unos 350 kilómetros de la base científica japonesa Showa, en la Antártida. Con unos 13 kilogramos de peso y tamaño similar al de un balón de rugby, esta roca de origen extraterrestre se exhibe al público por primera vez.
El Área de la Granja muestra el potencial sostenible de las algas, desde su cultivo acuático hasta su uso en materiales, combustible y fármacos. Estos organismos fotosintéticos, clave en los ciclos naturales de la Tierra ofrecen una alternativa eficiente para aprovechar terrenos no aptos para la agricultura tradicional. Usadas como alimento y en diversos sectores, las algas, familiares para los japoneses, impulsan una bioeconomía emergente que va más allá del petróleo.

El Área de la Fábrica presenta como los materiales y la energía obtenidos a partir de los residuos se transforman en nuevos productos.
Destaca un taburete fabricado con bioplástico a base de algas cultivadas en la zona de la Granja. También se exhibe un balón de fútbol inspirado en las tradicionales cestas de bambú japonesas, con una estructura tipo rompecabezas que no requiere clavos ni adhesivos. Si una pieza se rompe, puede reemplazarse sin desechar el conjunto, ampliando así la vida útil y la funcionalidad del objeto.
5. Pabellón Checo

Con una forma distintiva en espiral que envuelve un atrio interior bañado por luz natural, el Pabellón Checo frece una experiencia arquitectónica tanto dinámica como sensorial. Diseñado por el estudio Apropos Architects, su recorrido se despliega a lo largo de una rampa ascendente que guía al visitante por el espacio, invitándolo a explorar.
La estructura está construida con paneles de madera contralaminada, un material sostenible que se destaca por su ligereza, modularidad y capacidad de reutilización. Gracias a estas cualidades, el pabellón podrá desmontarse y adaptarse a nuevos contextos una vez concluida la exposición.
En su núcleo se alza un volumen cilíndrico hueco de quince metros y medio de diámetro que actúa como auditorio multifuncional. Su fachada, compuesta por grandes paneles de cristal, rinde homenaje a la rica tradición checa en el arte del vidrio, estableciendo un puente entre el diseño contemporáneo y el legado artesanal del país.
La forma esculpida del pabellón invita al visitante a moverse y a participar activamente. El concepto arquitectónico parte de la idea de un entorno moldeado por el movimiento del cuerpo y el alma. Un espacio pensado para ser recorrido, sentido y vivido.
6. Pabellón ‘Better Co-Being’

El pabellón Better Co-Being (Mejor Convivencia) es uno de los ocho pabellones de firma (Signature Pavilions). Basado en el concepto de la “Resonancia de las vidas”, propone un espacio que invita a la co-creación de un mundo mejor, donde la diversidad y la vitalidad prosperan a través de experiencias compartidas.
Ideado por el científico de datos Miyata Hiroaki y diseñado por el estudio de arquitectura SANA, el pabellón rompe con las convenciones: no tiene paredes ni techo. Situado en el corazón de la Expo, su estructura al aire libre evoca la forma de una arbolada abstracta o una red de datos interconectados, simbolizando la fusión entre naturaleza, tecnología y conocimiento.
7. Pabellón Earth Mart

Earth Mart, creado por el escritor japonés Kundo Koyama, es un pabellón que invita a reflexionar sobre la vida y la alimentación futura, partiendo de la idea de que la Tierra funciona como un “mercado” para todos los seres vivos.
Con una estructura que incorpora un techo de paja elaborado con juncos de distintas regiones de Japón, el pabellón propone una conexión orgánica con la naturaleza y se presenta como un “supermercado imaginario” con experiencias interactivas para que los visitantes exploren el ciclo de la vida y nuevas formas de alimentarse en un planeta en constante cambio.
8. Pabellón de los Países Bajos

El pabellón de los Países Bajos fue desarrollo por un consorcio neerlandés-japonés conformado por las firmas RAU, DGMR, Tellart y Asanum. Esta propuesta arquitectónica es un ejemplo de construcción circular: todos los materiales utilizados han sido identificados, registrados y documentados, con el fin de que puedan ser reutilizados en futuros proyectos.
Su diseño consiste en un edificio rectangular que alberga en su centro una esfera luminosa que representa al “sol naciente”: una metáfora de un futuro impulsado por la colaboración internacional y por fuentes de energías limpias e inagotables. En el exterior, una fachada ondulada que evoca el movimiento de las olas, reforzando la conexión con los elementos naturales.
Dentro del pabellón, los visitantes pueden descubrir, a través de imágenes y contenidos interactivos, algunas de las innovaciones más destacadas desarrolladas en los Países Bajos. Entre ellas se encuentran: el Eco-Runner, el primer vehículo del mundo que funciona con una microturbina de gas externo; Wecco, un sistema que transforma el movimiento de las olas en electricidad, y Suntex, un tejido solar ligero y flexible que une tecnología energética con diseño arquitectónico.
También se presentan avances tecnológicos como pescados cultivados en laboratorio, que reproducen el sabor y la textura de los mariscos, y paneles solares flotantes, pensados para aprovechar superficies acuáticas en la generación de energía.
9. Pabellón de Pasona Natureverse

El diseño arquitectónico del pabellón Pasona Natureverse se inspira en la forma espiral de las amonitas —moluscos marinos que habitaron la Tierra hace 400 millones de años— como símbolo de la vida. El pabellón invita a reflexionar sobre cómo la ciencia, la tecnología y la naturaleza pueden unirse para mejorar el bienestar humano.
Diseñado por Satochi Itasaka, su arquitectura sugiere una continuidad orgánica y ofrece un recorrido inmersivo dividido en tres zonas temáticas: historia de la vida, cuerpo, y mente-vínculos. Cada una invita a reflexionar sobre el origen, la transformación y la interconexión de todas las formas de vida con su entorno.
En la zona Historia de la vida, un gran árbol con huellas del pasado geológico representa la evolución. Sus raíces evocan el pasado, mientras que las ramas apuntan al futuro, subrayando la capacidad transformadora del ser humano.
La zona temática dedicada al Cuerpo explora los avances en medicina regenerativa. Uno de los puntos más llamativos es el Corazón iPS, un órgano cultivado en laboratorio a partir de células madre reprogramadas iPS, que late en cultivo. También se presentan innovaciones como quirófanos móviles para atención remota y una cama inteligente que ajusta iluminación, sonido e inclinación del colchón según el estado físico del usuario, favoreciendo un sueño más profundo y un despertar más cómodo.
Finalmente, en el área de Mente y Vínculos, el pabellón plantea un futuro en el que la tecnología amplía nuestras capacidades físicas y mentales. Exoesqueletos, sistemas de interacción remota y avances en inteligencia artificial abren la puerta a una vida con menos limitaciones por edad, distancia o condición física. Destacan los exoesqueletos HAL (Exoesqueleto Asistido Híbrido), trajes robóticos que leen las señales del cerebro a través de la piel para ayudar a personas con movilidad reducida, y tecnologías que hacen posible interactuar a distancia con una experiencia casi tan real como estar presentes.
La alimentación y el cuidado del suelo también tienen un lugar destacado, con una instalación que revela la riqueza del subsuelo y su papel en nuestra salud y nutrición.
10. Pabellón Null2

La impactante instalación del artista multimedia Yoichi Ochiai sorprende con un exterior de espejo que vibra y se deforma, distorsionando los sentidos. En su interior, visiones caleidoscópicas generadas por inteligencia artificial se proyectan sobre superficies reflectantes, sumergiendo a los visitantes en un universo surrealista que cuestiona la identidad y la realidad cotidiana.
El visitante puede ver su avatar integrado dentro del pabellón creando una interacción entre su yo físico y digital. Esta experiencia, que funciona como un espejo, invita a reflexionar sobre nuestra existencia tanto en el mundo real como en el virtual, y sobre el cambio constante en la conexión entre la tecnología y la identidad.
Colaboración periodística:

Alejandro Vargas
Osaka, Japón
Fotografías:
Alba Rodríguez