Hay solidaridad, apoyo institucional y financiamiento en la emergencia sanitaria y la cuarentena preventiva en la región latinoamericana.
América Latina se caracterizó por ser una de las regiones donde los gobiernos le dieron un adecuado manejo sanitario, institucional y financiero al coronavirus o Covid-19, que la Organización Mundial de la Salud –OMS– determinó como pandemia universal, el pasado 11 de marzo, y que tuvo en vilo y en pánico generalizado a la comunidad de las naciones. Colombia fue uno de esos países que asumió con respeto y de manera oportuna la emergencia suscitada por los efectos devastadores del letal virus, que en muchos países ocasionó miles de muertes y desolación.
En Colombia, el Covid-19 obligó al Gobierno nacional a decretar primero la emergencia sanitaria y enseguida la económica con aislamiento preventivo obligatorio, hacia la búsqueda de frenar en todos sus aspectos la diseminación del virus y, de manera preventiva, evitar un colapso en la precaria infraestructura hospitalaria nacional.
Sin embargo, hasta comienzos de mayo, el reporte del Gobierno mostraba que el manejo del Covid-19 le había costado al país unos $25 billones, durante el periodo de cuarentena.
De igual manera, se buscó despertar la solidaridad humanitaria y el apoyo institucional de las entidades gubernamentales regionales, los organismos del Estado y del sistema financiero en su conjunto. Para muchos, la política y el manejo institucional de las emergencias estuvieron muy bien liderados en cabeza de la Presidencia y la Vicepresidencia de la República que, junto con los ministerios y las entidades que constituyen las autoridades sanitarias y hospitalarias, actuó de manera rápida y eficaz, pese al desconcierto inicial que ocasionó en la población la aparición sorpresiva y peligrosa de la pandemia. Así mismo, se logró conseguir la cooperación y el apoyo de la gente para cumplir la cuarentena de manera organizada y se dictaron medidas estatales que sirvieron de paliativo (y en muchos casos de solución) para hacerles menos duros e incómodos los procesos de aislamiento y cuarentena impuestos a la comunidad.
Pese a las justas y reiteradas críticas del público a las actuaciones lentas del sistema financiero, así como a los llamados al orden por parte de la Superintendencia Financiera, los bancos reaccionaron y contribuyeron en la renegociación de créditos existentes, el financiamiento de empresas avaladas con garantías del Estado y en la movilización digital del dinero de los clientes. A finales de abril, la Superintendencia Financiera reportó, para el periodo de emergencia, un saldo de cartera de $158 billones que beneficiaron a cerca de 8 millones de clientes.
Lo que sí justificó un merecido reconocimiento y aplauso por parte de la ciudadanía fue la completa disposición de los productores agropecuarios al asumir el compromiso de continuar su labor en el campo y el suministro permanente de alimento y materias primas.
De cualquier manera, por la severidad de la enfermedad y sus efectos negativos que causa, el no estar preparados para afrontarla causó en la población zozobra y desconcierto, así como dificultades para las empresas y sus trabajadores que corrieron el riesgo de perder puestos de trabajo y sus ahorros. Sin embargo, hay que reconocer el civismo social y cómo la gente cooperó y tomó conciencia de la magnitud y lo delicado del problema, que como lo han advertido los expertos y la propia OMS, no terminará hasta que se descubra una vacuna para su prevención y control. Por ello, lo importante ahora que comienza el regreso a la “normalidad aparente” es acatar los protocolos de bioseguridad y cumplirlos de manera rigurosa, a fin de continuar cuidándonos y cuidando a los demás.
Esperamos con ansias que con el regreso paulatino de los trabajadores a las empresas vuelva también el crecimiento y la estabilidad económica y social, aceptando que ahora nada será igual.
Analistas económicos de diversos países de América Latina y de organismos multilaterales de crédito advierten que la economía de la región tardará algunos meses en recuperarse, pero proyectan un crecimiento paulatino y ascendente en todas las naciones, a partir de 2021. El sector agropecuario será uno de los de mayor crecimiento en los países tropicales.
Fabio Romero Martínez
Director
Revista Agricultura de las Américas
La revista Agricultura de las Américas ha circulado normalmente durante esta cuarentena, con ediciones especiales impresas dedicadas al manejo de las actividades agrícolas y pecuarias en tiempos de la pandemia del coronavirus. Expertos han alertado acerca de la necesidad de cumplir con todos los protocolos de bioseguridad en las ciudades y el campo, a fin de evitar la diseminación del virus, que no cesará sus ataques hasta cuando se aplique en los seres humanos una vacuna contra su efecto mortífero.