Jóvenes emprendedores apoyan a pescadores artesanales del municipio de Pueblo Viejo, departamento de Magdalena, quienes noche y día se esfuerzan por sobrevivir en una actividad cada vez más difícil en su región.
La pesca artesanal marina se constituye en un importante componente de la economía nacional, empleando directa e indirectamente a un significativo número de personas en las costas colombianas, cuyas familias dependen de esa actividad.
La pandemia del coronavirus despertó en los ciudadanos de todas las edades y culturas un inusitado interés por los emprendimientos y la solidaridad. Este es un ejemplo de jóvenes innovadores, que haciendo uso de las alternativas de la economía naranja, se la juegan en la constitución de empresa a fin no solo de lucrarse mediante la oferta y suministro de alimentos frescos y nutritivos, sino también en su manifestación solidaria de apoyar el trabajo y la vida de otros.
Sebastián Correa Santamaría y Sulam Andrea Hatún Pabón son los gestores del novedoso proyecto El Camaronero, que tiene como propósito darle la mano a cientos de pescadores artesanales del corregimiento Isla del Rosario, ubicado en el municipio de Pueblo Viejo, departamento de Magdalena, quienes noche y día salen a la búsqueda de su sustento familiar.
De allí se proveen de las materias primas sacadas del mar que emplean en la preparación de suculentos cócteles de frutos de mar, que ofrecen a domicilio en esta época de la pandemia.
Los habitantes de Pueblo Viejo dependen en un 95 % de la pesca, actividad lícita que se lleva a cabo con buenas prácticas y respeto por el medioambiente en los manglares que componen la Ciénaga Grande de Santa Marta donde capturan pescado, camarones, caracoles, jaibas, langostinos, ostras y pulpos.
Los dos jóvenes empresarios aprendieron el concepto moderno de la gastronomía o gurmé, que con gusto delicado y exquisito sabor sabe responder a quienes demandan platos de cocina de mar (camarón, pulpo, cangrejo-jaiba, marisco y langostinos, entre otros) significativamente refinados con el paladar y la fineza costeños, que rinden honor a las costumbres caribeñas. Atienden pedidos de camarones no hidratados. ¡100 % carne!, frescos, pulpa de jaiba ( cangrejo) en forma de dip para compartir, etc.
De igual manera, ellos entienden el concepto de RSE (Responsabilidad Social Empresarial) y combinan bien su iniciativa emprendedora del gourmet y la gastronomía con objetivos personales de apoyo a comunidades vulnerables. Por ello, el dinero producto de la compra de su materia prima se lo hacen llegar de manera oportuna y directa a los pescadores, sin mediar intermediarios, “con el propósito de apoyar su labor, esa que es orgullo de El Caribe colombiano”, asegura Sulam Hatún.
En su opinión, “la pesca artesanal marina es un importante componente de la economía nacional, empleando directa e indirectamente a un significativo número de personas cuyas familias dependen de esta actividad”.
Los despachos de sus recetas auténticas costeñas los atienden desde Instagran @elcamaronerocevicheria
Amplio escenario pesquero
En Colombia, la Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca –Aunap– es la entidad encargada de ejecutar la política acuícola y pesquera, que incluye dos océanos, 55.000 kilómetros de río y más de 25.000 ciénagas, lagunas y embalses que representan cerca del 50 % del área del país.
Según la Aunap, la pesca artesanal puede generar alrededor de 120.000 toneladas anuales de pescado: 30.000 toneladas en la cuenca del Magdalena, en el Pacífico 50.000 toneladas y en el Caribe 20.000 toneladas. Las exportaciones pesqueras colombianas sobrepasan los USD 300 millones.
sulamhatunp@gmail.com
Fotos: Cortesía Aunap y El Camaronero.