Colombia busca ingresar a la Comunidad Internacional del Coco -ICC- y hallar nuevas opciones de exportación para los productores de coco del país.
Colombia acaba de solicitar a la Comunidad Internacional del Coco -ICC, por sus siglas en inglés- su entrada como oferente de productos de coco, con el propósito de obtener apoyo y buscar oportunidades de desarrollo para los productores de coco en innovación, comercialización e investigación.
De acuerdo con la información suministrada por el ministro de Agricultura y Desarrollo Rural, Rodolfo Zea Navarro, “ingresar a esta organización le permitiría a Colombia recibir los beneficios de los países miembros, incluyendo cooperación para el acercamiento con mercados internacionales y reducción de barreras comerciales con mercados como el de Estados Unidos, principal importador de coco en el mundo, que además presenta un 80 % de desabastecimiento del producto actualmente”.
“Con el acceso a esta comunidad, buscamos generar oportunidades de desarrollo para miles de familias que derivan su sustento de esta cadena productiva, la cual está constituida principalmente por afrodescendientes y comunidades campesinas de las poblaciones costeras (Caribe y Pacífico), convirtiéndose en uno de los pilares de la economía campesina en estas regiones”, dijo el jefe de la cartera agropecuaria.
Por su parte el viceministro de Asuntos Agropecuarios, Juan Gonzalo Botero Botero, indicó que “con la ICC podemos hacer una gran alianza que sin duda conducirá al buen desarrollo de la Cadena de Coco en Colombia”, así lo manifestó luego de una reunión con directivas de la organización, gremios de la producción y entidades colombianas y el embajador de nuestro país en Indonesia, Camilo Valencia.
Desde enero de este año, Colombia recibió la invitación de la ICC para suscribir un convenio de cooperación. La fortuna de contar con dos océanos y las privilegiadas condiciones climáticas y geológicas del país que le permiten generar mayor rendimiento de este cultivo por hectárea en comparación a otros países de la región, entre otros, hicieron que la ICC pusiera sus ojos sobre Colombia para invitarlo a hacer parte de esta Comunidad.
Según informó el viceministro Juan Gonzalo Botero, hacer parte de la ICC traerá grandes beneficios para los productores colombianos, como por ejemplo:
Mejorar los estándares de calidad y sistemas de cultivo, que permitan maximizar productividad y competitividad del producto a nivel internacional.
Acceso a asistencia técnica de los países miembros para desarrollar programas de investigación y tecnología basadas en las necesidades de la industria.
Promover esfuerzos para expandir y diversificar la demanda de coco y reducir las barreras de comercio internacional en los países miembros.
Asistencia en movilización de recursos y conexión con instituciones donantes.
La cadena agroindustrial del coco en Colombia
La cadena está formada por los productores, comercializadores, industrias de procesamiento, universidades, centros de investigación e instituciones regionales.
- En el año 2019 se sembraron 22.865 Has de Coco en territorio nacional con una producción de 145.578 toneladas.
- Los principales departamentos productores de Coco son: Nariño, Cauca, Valle del Cauca, Chocó y Antioquia.
- Los rendimientos promedio de coco en Colombia son de 7,2 toneladas por hectárea.
- El precio promedio para el coco a nivel nacional fue de $1.248 por kilo para el año 2019.
- Las principales variedades comercializadas son: Manila y “Riche”, es decir, coco pequeño para la industria y los cocos medianos y grandes para el consumo en fresco.
El Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, en cooperación con entidades como EnTerritorio (antes Fonade), el Instituto Colombiano Agropecuario -ICA-, Agrosavia y Fedecoco, entre otros, ha desarrollado proyectos encaminados a mejorar la sanidad del cultivo, la renovación, comercialización e industrialización de este producto en favor de los integrantes de esta importante cadena agroalimentaria.
Variedades de cocoteros
Según sus características físicas, los cocoteros se clasifican en gigantes, enanos e híbridos y, dentro de cada grupo, existe un gran número de variedades.
Gigantes: empleados en la producción de aceite y los frutos para consumo fresco. Su contenido de agua es elevado y su sabor poco dulce. Entre sus ventajas destacan el tamaño del fruto y el contenido elevado de copra. Las variedades gigantes más cultivadas son: Gigante de Malasia (GML), Gigante de Renell (GRL) de Tahití, Gigante del Oeste Africano (GOA) de Costa de Marfil, Alto de Jamaica, Alto de Panamá, Indio de Ceilán, Java Alta, Laguna, Alto de Sudán, etc.
Enanos: las variedades más cultivadas son Amarillo de Malasia (AAM), Verde de Brasil (AVEB) de Río Grande del Norte, Naranja Enana de la India. Debido al buen sabor del agua y el pequeño tamaño de estos cocos, se emplean fundamentalmente para la producción de bebidas envasadas. La copra es de mala calidad.
Híbridos: producto del cruce entre las anteriores variedades. Son frutos de tamaño mediano o grande, buen sabor y rendimiento de copra. El híbrido más cultivado es MAPAN VIC 14; un cruce entre Enano de Malasia y Alto de Panamá y Colombia, específicamente en la Aguacatala.