El gerente general de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia, Germán Alberto Bahamón Jaramillo, comparte las siguientes opiniones y consideraciones acerca de la evolución reciente de la agroindustria cafetera en Colombia.
El 27 de junio de cada año se conmemora el Día Nacional del Café y con ello, en 2023 se celebraron los 96 años de la Federación Nacional de Cafeteros, fecha que coincide con su segundo mes en la gerencia de la institución gremial, que agrupa y representa a unas 546.000 familias cafeteras alrededor del territorio nacional.
“Es esta una fecha determinada para rendir homenaje a los caficultores del país que día a día hacemos patria desde los cafetales y que hoy estamos enfrentando una compleja situación en atención a los precios del producto”, afirmó el líder gremial.
Según el directivo cafetero, “la importancia del café en la economía colombiana comporta naturalmente una enorme responsabilidad que se acentúa en las actuales circunstancias de coyuntura económica mundial pospandemia, que suponen el final del reordenamiento de los mercados, luego de un periodo de contingencia”.
La siguiente es la declaración del gerente general del gremio cafetero, Germán Alberto Bahamón Jaramillo:
“El pasado mes de mayo de 2023 la Organización Mundial de la Salud declaró el fin de la emergencia sanitaria internacional de salud pública por el virus SARS- CoV-2. Este anuncio es un llamado al sector cafetero para atender el reordenamiento de los mercados internacionales que, durante la pandemia, con ocasión de las restricciones sanitarias que trajeron los problemas logísticos del comercio, incrementaron los precios de los commodities y de los insumos de producción de los productos agrícolas, así las cosas, estamos frente a la corrección de los precios luego de un periodo de anormalidad.
El efecto más claro de este proceso de corrección es sin duda la desnudez de problemas estructurales de nuestra caficultura. Los precios de nuestro café dependen de variables no controladas desde la oferta, como la cotización en bolsa, que está a merced de la especulación y el control de unos pocos que están concentrando la compra de café en el mundo.
Como cafetero supe siempre que el alza del precio se debía a la concurrencia de fenómenos coyunturales enmarcados en la pandemia y en las heladas en Brasil, trayendo como efecto que en mayo de 2019 la libra de café en la Bolsa de Nueva York (NYSE, por su sigla en inglés, The New York Stock Exchange) estaba en 87,35 centavos de dólar y llegó a 251,65 centavos en febrero de 2022 y, como reflejo claro de la corrección de precios, el mismo se ha venido descolgando fuertemente hasta llegar a 164 centavos, lo que representa una caída del 25 % versus un año atrás.
Pese a lo anterior, la marcada devaluación del peso colombiano frente al dólar en el segundo semestre de 2022 impidió que empezara a notarse la corrección de precios en ese periodo, escondiendo de esa forma la cosecha de octubre a diciembre. Sin embargo, en lo que va del año 2023 el peso se ha revaluado 15,62 %, acentuando ahora sí la corrección del precio.
Como si lo anterior fuera poco, se evidencia una disminución en la prima de calidad del café colombiano, situación que se había visto aplazada por el evidente efecto de la pandemia pues durante la misma alcanzó los 80 centavos y hoy se corrige en torno a los 20 centavos. La afectación de la prima de calidad podría estar enmarcada igualmente en la decisión tomada en 2015 que permitió la “exportación de otras calidades”, en castellano cafés de calidad inferior.
Es posible que en su momento la iniciativa de exportar cafés de menor calidad pudo ser loable, sin embargo, el resultado nos muestra la necesidad de realizar una revisión al respecto a través de limitaciones a la importación que, sin afectar el libre mercado, nos permitan proteger la calidad del café exportado, esto es, establecer reglas tendientes a proteger el producto nacional de posibles contaminaciones con café importado de menor calidad.
Pero la corrección no viene solo por el lado del precio del café sino por fortuna también del precio de los fertilizantes que de alguna forma van regresando a la normalidad. La fertilización impacta entre un 25 % y un 30 % los costos de producción y es un alivio ver que los precios de estos insumos están cayendo y de esta forma disminuyendo la presión sobre los ingresos de los cafeteros.
En este contexto es imprescindible iniciar una acción colectiva para (i) activar el Fondo de Estabilización de Precios del Café, (ii) equilibrar el desbalance causado por el control sobre el mercado de café que determina el precio, (iii) industrializar producción regional y (iv) avanzar en la reorganización gremial a través de la detección de eficiencias que nos permitan prestar un mejor servicio a la caficultura.
El Fondo de Estabilización del Precios de Café como herramienta para proteger el ingreso de los cafeteros toma una importante dimensión a partir del Plan Nacional de Desarrollo y será tarea fundamental e inmediata para el Comité Nacional del Fondo, habilitar un portafolio de mecanismos focalizados en la protección de cafeteros de menos de cinco hectáreas.
El mercado final del café es controlado por grandes corporaciones, causando distorsiones en el precio que finalmente castigan a nuestros productores que trabajan contra las adversidades y quienes injustamente reciben migajas de la industria, por lo cual se hace indispensable que los países productores presentemos conjuntamente una propuesta a la Organización Internacional del Café -OIC- para equilibrar esas asimetrías en la cadena de producción y Brasil debe ser un aliado fundamental en esta conversación.
Mejorar el ingreso de los productores cafeteros implica una agresiva estrategia de asociatividad que les permita avanzar en la cadena de valor a través de la industrialización de las regiones, para que más familias lleven su café de la finca a la taza y quienes decidan no hacerlo, tengan en Juan Valdez y Buencafé las marcas que se potencializarán en el comercio exterior de producto terminado para permitir su participación en el ingreso a través de un mejor precio.
En cuanto a la reorganización y redimensionamiento del gremio, es fundamental para buscar objetivos que permitan mejorar los servicios a la caficultura y la participación de los caficultores en la cadena de valor y, solo puede ocurrir a través de la identificación de eficiencias para tomar las decisiones administrativas necesarias y es en ese sentido que en estos dos meses hemos suprimido tres direcciones del nivel central y la subgerencia general de Almacafé, empresa esta última en la que se ha anunciado la salida del gerente general y que esperamos convertirla en sinónimo de eficiencia. Nada de esto podemos hacerlo posible sin la unidad del gremio manifestada en el último Congreso Nacional Cafetero.
Por último, no podemos dejar de lado la productividad que nos ha permitido ser el primer producto agrícola del país, para mantener esta senda es necesario persistir en la actividad constante de renovación de cafetales para lo cual presentaremos al señor ministro de Hacienda y Crédito Público, Ricardo Bonilla, una iniciativa de financiación a través de ICR”.
Disminución de producción de café por lluvias prolongadas
En lo corrido del año (enero a mayo de 2023), la producción de café en Colombia se redujo 9 %. Es decir, mientras que en el mismo periodo del año pasado fue de 4,4 millones de sacos, se pasó a solo 4,06 millones de sacos este año. Al consolidar los últimos 12 meses, la producción cayó 14 % a 10,6 millones de sacos desde los 12,3 millones un año atrás.
Sin embargo, vale la pena destacar que, a mayo de 2023, las exportaciones del Fondo Nacional del Café crecieron 22 % y el consumo interno un 5 %.
Según la Federación Nacional de Cafeteros, los colombianos no solo han mantenido el consumo interno de café, sino que respecto del año anterior (2021) el consumo de café se incrementó en 8.000 sacos, equivalentes de 60 kilogramos de café verde, pasando de consumir 163.000 sacos a 171.000, a pesar de la alta inflación que afecta a los consumidores.
Entre tanto, las noticias frente a las exportaciones de la Federación Nacional de Cafeteros a cargo del Fondo Nacional del café (FoNC) también son alentadoras pues la institución pasó de exportar 152.000 sacos (para la misma fecha del año anterior) a 185.000 sacos; es decir un 22 % más, según cifras de la Dirección de Investigaciones Económicas de la Federación Nacional de Cafeteros.
A escala nacional, las exportaciones totales en el mes de mayo llegaron a los 846.000 sacos y en los últimos 12 meses superaron los 10,7 millones de sacos.
El comportamiento de los valores acumulados en los últimos 12 meses para las variables climáticas que afectan la producción de café no ha sido favorable para los procesos de floración y llenado de grano en la zona cafetera del país.
Además de floraciones dispersas por el exceso de precipitaciones, hubo presencia constante de nubosidad en el territorio, lo cual redujo la cantidad de brillo solar, afectando la síntesis de nutrientes en la planta de café (Foto: Cortesía 4C).
Adicionalmente, la temperatura media diaria presente en las zonas de producción de café tuvo una disminución, lo cual aumenta el número de días requeridos para completar los procesos de formación y maduración del fruto. Esto llevó a una reducción en la cosecha y a un retraso en la misma.