La gran feria ExpoPlantas 2022, se lleva a cabo esta semana en Fusagasugá, departamento de Cundinamarca, con más de 3.250 metros cuadrados de exposición de las plantas ornamentales, follajes y especies nativas cultivadas en Colombia. Del 19 al 21 de octubre se realiza también el Congreso Profesional del Viverismo. Invita: Colviveros.
Colombia cuenta con gran variedad de pisos térmicos y microclimas que propician la producción de plantas vivas, principalmente ornamentales. Fusagasugá es ejemplo y modelo de esta actividad agroempresarial. Allí se lleva a cabo la más importante muestra nacional de la producción de los viveros del país, que ganan espacio en los ambientes, abiertos y cerrados, de la vida familiar, empresarial y de los lugares públicos.
El viverismo es una actividad que está enfocada en la producción de plantas y follajes, que beneficia al medioambiente y que está ganando un espacio muy importante en la actividad económica y social de Colombia, América Latina y el mundo.
Colviveros reúne a la mayoría de los productores de estas plantas y lleva a cabo diversas actividades, técnicas, académicas y comerciales, entre ellas ExpoPlantas, la muestra más grande de la producción de los viveros formalmente establecidos a nivel nacional. La entidad gremial, creada hace seis años a fin de profesionalizar y apoyar el desarrollo de este importante subsector agroindustrial, reúne más de 650 afiliados en 18 departamentos.
El viverismo registra un creciente auge tanto local como internacional y en diversos países de América Latina y el Caribe hace parte de la “agricultura familiar”, en la que la mayoría de los productores (90 %) corresponde a un segmento de economía familiar campesina y solo el 10 % pertenece a empresas viveristas formalmente estructuradas y tecnificadas.
En reciente entrevista publicada en el Diario Portafolio de Colombia, el presidente de Colviveros afirma que en el ámbito latinoamericano “Colombia ocupa el tercer lugar en consumo de plantas vivas, después de Brasil y de México, que representan unas ventas entre USD 800 millones y USD 350 millones, respectivamente.
A nivel mundial, “el consumo de plantas vivas es muy grande, se potencializó con la pandemia de la covid-19 y las oportunidades todavía están por desarrollarse”, dijo Jairo Cadavid.
Por eso -agrega el directivo-, desde el 2018 se viene realizando ExpoPlantas, la feria y el congreso profesional del Viverismo, que empezó con una modesta exhibición de 20 personas en Quirama, Antioquia, y luego fue creciendo en Cali en 2019 y después en Pereira el año pasado, hasta llegar a Fusagasugá este año en la IV versión del evento.
En opinión de Cadavid Ossa, “ExpoPlantas se lleva a cabo este año en Fusagasugá, región eje de la producción de plantas vivas de Colombia, entre el 19 y 21 de octubre y cuenta con importantes conferencistas internacionales y con la participación de más de 800 personas, relacionadas con la producción y la comercialización de plantas vivas en el país”.
“ExpoPlantas se ha constituido en la mayor plataforma comercial y de formación para los pequeños productores y comercializadores viveristas del país y, como feria especializada, ofrece oportunidades comerciales, agenda de formación, concurso técnico, para reconocer a los mejores productores del país, y visitas técnicas», precisa Cadavid.
Además, según Jairo Cadavid, esta es la mayor muestra de plantas vivas realizada en Colombia hasta la fecha, con 3.250 metros cuadrados de exposición, donde participan unos 95 expositores de material vegetal e insumos de Alemania, Brasil, Colombia, Estados Unidos, Francia, Holanda, Israel y Suecia.
“Siete casas varietales de Alemania, Estados Unidos, Francia y Holanda, presentarán por primera vez su nuevo portafolio de material vegetal, anturios, bromelias, orquídeas, cactus y suculentas, no solo para el mercado local sino para abrir posibilidades en el internacional”, dijo el presidente de Colviveros.
En esta ocasión, el evento cuenta con el apoyo de la Alcaldía de Fusagasugá, el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, la Agencia de Comercialización e Innovación de Cundinamarca, la Asociación de Viveristas del Sumapaz -Asoviz-, la Cámara de Comercio de Bogotá y la Universidad de Cundinamarca.
Entre los invitados internacionales están Milena Bijma, de la empresa Floricultura, de Holanda; Luis Granada de Jardines, de México; y el reconocido consultor internacional Tetsuji Tamashiro, de Bengoshi, de México; “quienes abordarán temáticas relacionadas con las tendencias en materia de plantas vivas en el mundo, rentabilidad y mejoramiento de las condiciones técnicas”, afirmó Cadavid Ossa.
Por Colombia participarán Rodrigo Gil, director del Centro de BioSistemas de la Universidad Jorge Tadeo, y el consultor de cultura digital Álvaro Montes, que compartirán su visión sobre los nuevos medios de propagación de plantas y los avances tecnológicos en materia de comercio electrónico, metaverso y billeteras virtuales, entre otros aspectos. Localmente se espera que el evento impulse el sector en el exterior.
Colviveros calcula que en Colombia existen cerca de 2.000 hectáreas destinadas a la producción de ornamentales, localizadas un 65 % en Cundinamarca, el 20% en Antioquia y el 15 % en el Eje Cafetero, Valle del Cauca y en otras regiones tropicales.
Además, que una empresa viverista exportadora es la mayor generadora de trabajo rural por hectárea y que produce en Colombia unos 320 empleos por cada seis.
De otra parte, Jairo Cadavid afirmó que el viverismo colombiano ha encontrado en el Instituto Colombiano Agropecuario -ICA-, máxima autoridad fitosanitaria nacional, a “un aliado muy importante para generar oportunidades tanto de renovación varietal para la producción, como en la apertura de los primeros mercados internacionales».
Además, la actividad tiene mucho que ver con la defensa del medioambiente, su recuperación natural y regenerativa, el desafío de enfrentar el cambio climático y su aporte exótico para el mejoramiento y embellecimiento de los espacios públicos “zonas y muros verdes” de las ciudades, las viviendas y las empresas.
Según cifras entregadas por Colviveros, “más de 1.6 millones de árboles están sembrados en 900 hectáreas en restauración (reforestación) y unas 5.800 toneladas de gas carbono han sido capturadas gracias al esfuerzo de Andrés Sarmiento, en el vivero Atenea en Valle del Cauca”.
En Fusagasugá, Bromelias de Colombia, fundada en 1981, es una empresa que se especializa en el cultivo de 600 de las 7.000 variedades existentes de la planta y exporta a ocho mercados internacionales, dijo Cadavid Ossa. Explicó que “las bromelias son importantes en el ecosistema, específicamente las epifitas, porque mantienen la gran diversidad biológica de las plantas y animales, entre otras cosas”.
Por otra parte, “el cultivo de las plantas ornamentales ha alcanzado un auge inesperado y eso nos ha permitido ampliar nuestras instalaciones para cubrir la creciente demanda que el mercado exige”, le dijo a Portafolio Patricia Vidal Pardo, representante legal de Mardeplantas, el vivero más grande en nuevas variedades de cactus de la región del Sumapaz.
Pero, en su concepto como mujer líder de la producción, “el viverismo en Colombia aún requiere de más formación, profesionalización y formalización empresarial, a fin de desarrollar todo su potencial”.
“La meta, sostiene Patricia Vidal, es generar un mayor nivel profesional, mejores resultados comerciales y, mediante la aplicación de nuevas tecnologías de producción, convertir a la región del Sumapaz en una gran exportadora de plantas vivas en los próximos años”.
El Vivero Jardín Andaluz de Martha Ligia Bobadilla
La revista Agricultura de las Américas entrevistó recientemente a la empresaria viverista Martha Ligia Bobadilla, propietaria del Vivero Jardín Andaluz, ubicado en Fusagasugá. Esta es su experiencia como pionera de la agroindustria en el país.
Es una de las empresas de viveros y plantas ornamentales más importantes del interior del país. Es ejemplo de unidad familiar, visión empresarial y desarrollo.
Son empresarios pioneros del viverismo en Colombia, desde cuando a finales de la década de los cincuenta, la familia materna se trasladó de Villapinzón a Fusa con su emprendimiento de flores y ornamentales. En Ese entonces, la esposa del expresidente de la República Mariano Ospina ya tenía un cultivo de orquídeas en “Fusa”.
El Vivero Jardín Andaluz es una empresa con más de 50 años, dedicada a la producción y comercialización de plantas ornamentales, diseño y mantenimiento de jardines, entre otros campos. Nos trasladamos alárea rural de Fusagasugá, a tres kilómetros del casco urbano, en medio del imponente paisaje de bosque húmedo, vía al mítico Alto de San Miguel.
Dialogamos con Martha Ligia Bobadilla, empresaria y líder del vivero, e hija de los fundadores. Martha es heredera de uno de los primeros viveristas del país, fue la maestra viverista seleccionada por el Ministerio de Cultura, luego de la convocatoria de la Alcaldía de Fusagasugá para participar en el Taller Escuela de Viverismo, iniciativa enfocada en resaltar el oficio viverista y su aporte al patrimonio cultural del municipio.
“Me gradué como administradora de empresas y ejercí durante 15 años. Sin embargo, siempre estuve vinculada al negocio familiar de viveros. Desde muy temprana edad, mi padre nos inculcó el amor por las plantas y en general por la naturaleza. Las plantas vivas con todos sus atributos transmiten calidez y bienestar y logran transformar espacios para una mejor calidad de vida”.
La empresaria compartió sus conocimientos y experiencia en un Taller Escuela de Viverismo, organizado por el Ministerio de Cultura. “Realmente ser elegida como maestra Viverista, a través de la convocatoria realizada por el Ministerio de Cultura, la Escuela Taller de Boyacá y la Alcaldía de Fusagasugá, superó todas mis expectativas. Tener la oportunidad de compartir con otros, los conocimientos adquiridos de mis padres y abuelos fue una experiencia enriquecedora.
De otra parte, le he dado otros enfoques e innovación a la producción de plantas, con otras actividades más encaminadas al paisajismo y diseño de jardines, actividades que he reforzado a través de cursos e intercambio de experiencias adquiridas con viveristas y paisajistas de varios países. Actualmente estoy más dedicada a la construcción de jardines verticales y techos verdes.
Después de un recorrido por los coloridos y paradisíacos invernaderos y la inmensa variedad de plantas de la empresa, Martha Ligia Bobadilla comenzó su relato sobre los orígenes de la empresa y su expansión.
Sabe muy bien del potencial agropecuario y características ambientales de Fusagasugá para el cultivo de ornamentales y flores, sus ventajas climáticas y ubicación estratégica, que la hacen única en el país y el mundo.
“El origen de esta empresa es familiar, viene de mi abuela materna que es de Villapinzón (Cundinamarca), tierra de mi madre. En cambio, la familia de mi padre es de Fusagasugá.
En Villapinzón, mi abuela cultivaba begonias, geranios, primaveras y violetas, las propagaba rústicamente. Entonces en 1958 mi familia materna se trasladó para Fusa y empezaron a cultivar las flores. En ese entonces el único cultivo de orquídeas que existía en “Fusa”, era de doña Bertha Hernández de Ospina, esposa del expresidente Mariano Ospina Pérez. Mi madre se trasladaba a Bogotá a vender sus flores en Paloquemao, 20 de Julio, Plaza España y el 7 de agosto, principalmente orquídeas y anturios.
En 1972 contrajeron matrimonio mis padres y se compró la finca en Fusa, actual sede de la empresa, que en ese entonces era finca cafetera, también producía hortalizas y plátano. Así mismo se criaron pollos de engorde. Fue entonces cuando se decidieron por el cultivo de las flores. Empezaron a llevar cajas a Bogotá, vendiendo en diferentes plazas.
En ese entonces, llegaron a esta finca unos decoradores paisajistas que estaban decorando Monserrate. Eran primos de los dueños de Jardines del Muña, Ernesto Guaqueta, viveristas por tradición. Hicieron contacto con mi padre y se llevaron unas especias nativas de flores. Entonces el negocio comenzó a prosperar y mi padre contrató personal.
Para proteger los cultivos de flores del sol e inclemencias del clima, mi padre construyó unos invernaderos rústicos con palmas traídas de Melgar, tejas y plásticos. Las semillas las compraba en un almacén ubicado en el centro de Bogotá. Para la reproducción de las especies, lo hacían por métodos tradicionales.
Esta empresa funciona hace 50 años. Nuestros clientes son viveristas, paisajistas, decoradores, hoteles, colegios, alcaldías y además, asesoramos proyectos de reforestación. Producimos plantas de clima frío y medio y plantas de flor.
Fusa, fenómeno viverista
Actualmente se calcula que en municipio de Fusagasugá existen más de 300 viveros, con la mayor concentración viverista en reducida área territorial, única en el país y quizá en el mundo.
Fusagasugá tiene varios privilegios para ser el gran productor de plantas ornamentales y flores, por ejemplo: Su variedad climática, Fusa tiene 4 climas en poca área territorial, se pueden disfrutar en cortas distancias en menos de 25 minutos. Por los lados de la vereda “La Aguadita” y San Miguel tenemos páramo, hacia el norte el clima es frío, en la zona urbana templado y al bajar a Chinauta y Boquerón, el clima es caliente.
En esta región durante la noche, bajan bastante las temperaturas y durante el día suben mucho. Estos cambios bruscos de temperatura son benéficos para las plantas porque hace que la sabia circule más rápido, es el clima ideal para las plantas.
Otro de los beneficios para ser potencia en ornamentales y flores es que estamos cercanos a la capital del país, Bogotá, que consume más del 50% de la producción de ornamentales y flores de Fusagasugá. Además, abastece a varias zonas del caribe, Santander, Antioquia, Boyacá, Llanos, zona cafetera, Amazonas. Cabe recordar la vocación agrícola y pecuaria de Fusagasugá.
Asuntos por mejorar y tecnificar los viveros
Considero que debe promoverse la asociatividad entre los productores viveristas de Fusagasugá, que haya integración, con el fin de normatizar y estandarizar la producción y precios de los diferentes productos en el mercado.
Otro de los aspectos fundamentales de la producción de ornamentales y aromáticas en Fusa es lograr una producción auto sostenible, limpia y amigable con el medio ambiente. Durante décadas los productores de la zona han utilizado productos químicos fuertes que han contaminado el medio ambiente. Se deberían utilizar productos biológicos para la conservación de los ecosistemas.
Hay que tecnificar los invernaderos, todavía los sistemas son muy rústicos. La parte administrativa y financiera hay que organizarla, como empresa, aunque sean proyectos familiares.
Considero además que deberíamos propagar las especies nativas y no las foráneas., debido a la susceptibilidad de las foráneas a plagas y enfermedades, que requieren mucho consumo de fertilizantes e insecticidas.
Afortunadamente en Bogotá, hay auge por el cultivo de especies nativas en los jardines de las casas, que atraen avifauna, insectos benéficos y otras especies.
Hay que recordar que en los comienzos el viverismo en nuestra región, de alguna manera se caracterizó por la extracción de plantas nativas directamente de su hábitat (musgos, palmas y helechos nativos, orquídeas y sustratos., etc.), lo que impactó negativamente la flora local. Pienso que la producción sostenible en el viverismos es muy importante, con el fin de preservar los ecosistemas. Evitar en los posible el uso irracional de los recursos naturales y preferiblemente utilizar productos no contaminantes y propender por la propagación de especies nativas”.
Pequeños productores, ejemplo de emprendimiento
Uno de los ejemplos de la vocación de Fusa por los cultivos ornamentales, es la gran cantidad de pequeñas parcelas de economía campesina que trabajan en cercanías de la zona urbana. Muchas personas de diferente género, edad y profesión están incursionando en actividades de producción de viveros, dentro del concepto de granja integral y agricultura familiar.
Agricultura de las Américas habló con varios productores microempresarios que cultivan plantas y las venden en varias ciudades, Bogotá, Medellín, Barranquilla, Bucaramanga. Venden bonsai, pre bonzai, rosas, troncos de Brazil, aromáticas, eucaliptos y algunos frutales, entre otros, que se utilizan en fachadas, interiores y exteriores. A Fusa asiste gente de todo el país a comprar sus productos.
Pese a que en los dos últimos años el negocio se ha complicado debido a los efectos de la pandemia y los paros. Sin embargo, en opinión de estos empresarios “hay que seguir trabajando. Los altos costos de los insumos y los bajos precios de nuestros productos en el mercado son algunos de los problemas que nos afectan”, dicen.
Viverismo en Colombia
Según informes de la Asociación Colombiana de Viveristas y Productores de Ornamentales, Colviveros, el país cuenta con gran variedad de pisos térmicos y microclimas que propician la producción de plantas vivas, principalmente ornamentales.
“Esta ventaja comparativa ha estimulado el desarrollo del viverismo, segmento emergente del agro nacional compuesto en su gran mayoría por un esquema de economía familiar campesina en el que participan más de 3.000 productores y comercializadores en todo el territorio nacional.
Las investigaciones adelantadas por Colviveros señalan que las principales necesidades de los viveristas se concentran en la asistencia técnica y comercialización.
Las estimaciones iniciales de Colviveros indican que aproximadamente 350.000 familias colombianas, principalmente asentadas en el campo, dependen de la producción y comercialización de plantas vivas y de ornamentales.
Producción y comercialización en crecimiento y expansión
Según Colviveros, en Colombia, la producción y comercialización de plantas vivas y de ornamentales enfrenta múltiples retos para desarrollar su enorme potencial generador de desarrollo y empleo en zonas rurales.
El viverismo se basa principalmente en el conocimiento empírico de los productores. La escasa capacidad técnica, comercial y empresarial por parte de los mismos hace que este renglón de la producción agrícola no sea competitivo, a pesar de contar con una enorme demanda por desarrollar.
No existen registros en torno a procesos de investigación científica que permitan estimular una mayor productividad. El paso hacia la cadena comercial está marcado por una operación de distribución desde todo punto de vista ineficiente. La producción se concentra principalmente en plantas de flor, plantas de follaje y forestales. Las orquídeas Phalaenopsis son la planta más comercializada anualmente en el país
Con unas 400.000 plantas producidas, la Poinsettia por su parte es la planta más comercializada durante la temporada de cierre de año (6 semanas).
Los cactus y las suculentas representan un segmento de alta aceptación por parte del consumidor final. Los anturios constituyen un segmento comercial importante entre los gustos del consumir.
El segmento de plantas no cuenta con un índice general de precios. El mercado local ha sido estimado en aproximadamente $ 180.000 millones. El mayor canal mayorista lo representa el mercado de plantas de Paloquemao en Bogotá.
El canal mayorista representa el 60 % de la comercialización. Las grandes superficies el 20% de las ventas. Las ventas directas en vivero de ciudad o carretera se estiman en un 15%. Sólo un 5 % de las ventas se generan vía medios digitales.
El sector no cuenta con un centro nacional de consolidación como los existentes en Brasil, México y Holanda.