“Juntos construimos el futuro sostenible de la palmicultura”. Mediante este lema gremial, la Federación Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite –Fedepalma– desarrollará el programa académico del Congreso Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite, que en su edición No.52, se convertirá en el escenario ideal para dar a conocer los avances técnicos, los logros institucionales del gremio y los alcances comerciales alcanzados por el sector palmero durante el último año, así como también se estudiarán los enormes desafíos de la agroindustria del aceite de palma frente al futuro.
Usualmente, en este evento asisten unas 1.000 personas en representación de todos los eslabones de la cadena que permanecen alrededor de este gran negocio agroalimentario e industrial del aceite de palma: cultivadores, industriales, comercializadores, consumidores y proveedores de tecnología, a fin de continuar uniendo esfuerzos entre productores, gremios y gobierno, que les permita a todos impulsar el desarrollo sostenible de la palma.
Un espacio para el diálogo y la acción
Entre los temas generales en este encuentro anual de los palmicultores, se destaca las oportunidades que genera la palma de aceite y cómo la agroindustria contribuye al desarrollo económico, social y ambiental del país.
En cuanto a la agenda académica, se destacan conferencias y experiencias acerca de la aplicación de tecnología en el cultivo de palma de aceite, la situación actual del mercado internacional de aceites y grasas y el estado del proceso de revisión de los estándares de la RSPO.
Este certamen contará, entre otros, con invitados de alto nivel como el Chief Digital Officer at Sime Darby Plantation, Aditya Tuli; el exministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas Santamaría; el analista económico Mauricio Reina; el Senior Vice President de StoneX Group Inc., Albert Scalla; la presidenta ejecutiva de Asograsas, Paola Muñoz; y la presidenta de la Federación Nacional de Biocombustibles de Colombia, Carolina Rojas.
Dentro de las actividades previas al Congreso se llevarán a cabo una serie de visitas tecnológicas y el 4ºTaller Alto Oleico. Adicionalmente, en el marco del evento se realizará el 9º Evento de Sostenibilidad del Sector Palmero Colombiano, en el que se hará el reconocimiento a las empresas certificadas por su sostenibilidad; la premiación del Concurso Nacional de Fotografía Ambiental y Social; y la entrega de las distinciones a la Mujer Palmera.
Nicolás Pérez Marulanda, presidente ejecutico de Fedepalma (en la foto), oficiará como anfitrión del Congreso Nacional de Cultivadores de Palma 2024, en Bucaramanga, que tradicionalmente ha sido un espacio de interlocución con el Gobierno nacional, en el cual, año a año, se tiene la oportunidad de presentar a los palmicultores una visión de los principales aspectos de la actualidad nacional sectorial y puntualizar sobre las iniciativas que adelanta el ejecutivo para fortalecer y apoyar el campo y la agroindustria de la palma de aceite.
Pérez Marulanda confirnó que durante el congreso de los palmeros se hablará también sobre el contexto nacional y los retos presentes y futuros de la agroindustria frente a los mercados local e internacional de los aceites y las oportunidades de los productores ante los desafíos de satisfacer la demanda de biocombustibles limpios, alimentos sanos y materias primas de alta calidad para la agroindustria nacional en las que el aceite de palma tiene múltiples usos.
Acerca de Fedepalma y Cenipalma
La Federación Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite –Fedepalma– está conformada por pequeños, medianos y grandes cultivadores de palma de aceite, quienes operan a escala empresarial, asociativa, incluyendo alianzas estratégicas, o individual, al igual que por extractores de aceite de palma.
De esta manera, la entidad existe para apoyar a los palmicultores en la defensa de sus propuestas y trabajo, así como del logro de la competitividad de una agroindustria oleaginosa, que transforma la calidad de vida de las comunidades que la acogen y promueve el progreso y el bienestar.
La Federación, a través de sus diversos servicios gremiales, busca incrementar la competitividad y la sostenibilidad de la agroindustria de la palma de aceite; difundir y estimular el reconocimiento de los beneficios y bondades de la palma de aceite en el mercado; administrar las actividades de parafiscalidad palmera; y promover el desarrollo de nuevos negocios.
En la actualidad el cultivo de palma ocupa alrededor de 600.000 hectáreas y produce cerca de dos millones de toneladas de aceite crudo cada año.
Por su parte, Cenipalma trabaja con los palmicultores para la obtención de mejores resultados y los servicios que el sector requiere, para aportar a la sanidad, productividad y sostenibilidad de esta agroindustria por medio de la investigación, generación de insumos y guías para la implementación de mejores prácticas.
En 1990, en el marco del Congreso Nacional de Fedepalma de ese año, los productores aprobaron la constitución de la Corporación Centro de Investigación en Palma de Aceite -Cenipalma-, que inició su vida jurídica el 1 de enero de 1991, como una institución de carácter científico y técnico, sin fines de lucro.
En la actualidad, Cenipalma cuenta con cuatro centros de experimentación para llevar a cabo sus programas y estrategias de investigación y desarrollo: Campo Experimental Palmar de la Vizcaína, ubicado en la región de Santander; Campo experimental Palmar de la Sierra, en Magdalena; Campo Experimental Palmar de las Corocoras, en los Llanos; y Finca Experimental La Provincia, en el sur de Colombia (Nariño).
Los centros experimentales le han permitido al sector de la agroindustria de la palma de aceite colombiano, entre otros logros, el establecimiento y caracterización del primer banco de germoplasma de Elaeis guineensis y Elaeis oleifera, con el propósito de conservar y de estudiar la diversidad genética de la palma de aceite para el desarrollo de nuevos cultivos en beneficio del sector.
Igualmente, contribuyen a determinar el requerimiento hídrico de la palma de aceite según las condiciones de la zona de cultivo; llevan a cabo proyectos de investigación con énfasis en agronomía y plantas de procesamiento de aceite de palma; y estudios técnicos y científicos acerca de las plagas y enfermedades de las palmas.
El director general de Cenipalma es el doctor Alexandre Patrick Cooman (en la foto).
Palmicultura colombiana transforma la calidad de vida de las comunidades y regiones
La palmicultura en Colombia contribuye a mejorar la calidad de vida de las personas que se dedican a esta labor, de las comunidades y de las regiones (municipios y veredas) donde se desarrolla la actividad, tal como lo muestran los resultados de estudios de Fedepalma y Cenipalma acerca de la caracterización socioeconómica de los productores de palma de aceite.
De acuerdo con directivos de Cenipalma, el grado de desarrollo que presentan las zonas palmeras, frente a la mayoría de las actividades agropecuarias, es superior en cuanto a acceso a servicios públicos, educación, vivienda, etc.
Desde Cenipalma se promueve el fortalecimiento de las mejores prácticas a escala de finca para que el proceso de producción de aceite de palma sostenible se vea, no solo desde el componente productivo, sino desde lo ambiental y social.
Es así como se trabaja en el perfil socioeconómico de los productores buscando desarrollar una palmicultura “con sentido humano”, donde las decisiones en materia tecnológica se hagan a partir del entendimiento de ese rol que tienen los palmicultores no solo en los procesos productivos sino en los sociales.
La palmicultura inclusiva comienza rompiendo mitos como que muchas de las actividades son para hombres. Los resultados del trabajo realizado por el gremio mostraron que 23 % de las mujeres tienen la jefatura del hogar, es decir, son responsables de los ingresos y de la manera como los invierten.
Sin embargo, aclara Cenipalma, que cada región tiene sus propias condiciones porque hay algunas donde la violencia es más marcada que en otras. Por ejemplo, en el Catatumbo hay una concentración del liderazgo de las mujeres porque los hombres han sido víctimas de la violencia y ellas asumieron esa jefatura.
Hay otras zonas como los Llanos Orientales donde, generalmente, se observa mayor presencia del hombre manejando la palmicultura, pero en la zona norte, en La Guajira, vuelve a registrarse el liderazgo de las mujeres dados los efectos de la violencia sobre los hombres.
Según Fedepalma, en la palma es la actividad agroindustrial en la que se posee el mayor nivel de formailización laboral del agro nacional. En la actualidad en los cultivos se trabaja en mejorar las prácticas laborales, buscando la implementación del trabajo decente, lugares y entornos seguros para trabajar, derechos humanos y comunidades sostenibles.
Allí, la mujer tiene una participación activa en la agroindustria de la palma de aceite. Alrededor de 31 % de los productores son mujeres y un poco más de 14 % del empleo directo corresponde a mujeres. Principalmente, cuando son empleadas están en cargos administrativos y en los operativos están más en las labores de polinización y vivero.
Durante los últimos años se ha incrementado la contratación de mano de obra femenina, especialmente, para polinización aunque también en actividades técnicas, laboratorio, en investigación, extensión, así como en la administración dentro de las empresas y plantas de producción. En general, las funciones encomendadas a este importante género de la sociedad constituye una oportunidad grande y representativa para la mujer rural, muchas de ellas propietarias de los predios y personas cabeza de hogar.
La idea de Fedepalma está en ir cerrando la brecha y que la mujer esté capacitada para competir en igualdad de condiciones con los hombres en cualquier cargo que se oferte en el sector. Por eso, desde este año se comenzó a implementar la política de equidad de género para el sector palmero colombiano.
Indicadores dicientes
Otro de los aspectos destacados del estudio es que, así como las palmas se están envejeciendo, también los productores son cada vez mayores. Más de 60 % de la población palmicultora está sobre los 55 años, aunque el promedio de edad de las mujeres es menor y de ahí uno de sus roles importantes para hacer la transición y el relevo generacional.
Para impulsar el relevo generacional, el gremio busca mejorar las condiciones de trabajo en el campo. La palmicultura tiene profesionales en diferentes ramas y eso es lo que se quiere mostrar, que no importa lo que decida estudiar puede regresar y ejercerlo en el negocio de la familia, sostiene Cenipalma.
Hoy día se ve el empoderamiento de los jóvenes de cara al liderazgo de los procesos productivos. Incluso, se está incentivando a los estudiantes de colegio para que se enamoren de la palma de aceite y sigan en el cultivo.
La caracterización también permitió corroborar algo que ya se sabía y es que la palmicultura se caracteriza por la formalización laboral. El 82,4 % del talento humano está vinculado formalmente, no tanto en la palmicultura de pequeña escala donde hay mucha mano de obra familiar. Con el grado de formalidad se tienen todos los beneficios asociados a la seguridad social, que muy pocos productores en el campo los tienen.
Otro aspecto destacado es que la vivienda, por ejemplo, tiene mejores condiciones, con techo de zinc o lámina, pisos y acceso al baño. Sin embargo, se debe tener en cuenta que 67 % de los palmicultores no viven en la finca sino en un municipio cercano o en la cabecera municipal y eso es lo que permite registrar unas mejores condiciones frente a otras actividades agrícolas.
En materia de accesibilidad a servicios públicos, la conectividad es un problema complicado. Solo 32 % de los palmicultores tiene acceso a internet, mientras 100 % se comunica a través del celular (vía WhatsApp) pero, en diversas regiones por falta de mejor conectividad para conectarse deben esperar hasta llegar al pueblo. Esta información sirve para diseñar las estrategias de extensión y para entender cómo comunicarse con los palmicultores, sostuvieron funcionarios de Cenipalma.
“El promedio de pobreza multidimensional de las familias dedicadas a la agricultura en Colombia supera el 18 %, pero en palma de aceite está en 10 %, lo que muy seguramente es el resultado de las formas de invertir los ingresos que tienen, que en promedio está por encima de $2 millones mensuales por hectárea. Los modos de vida de 91 % de los palmicultores está por arriba de los niveles de pobreza multidimensional registrados para otros productores agropecuarios del país”, Fedepalma.
El gremio cree que, con todo estos datos, el reto es cómo lograr que las estrategias en materia de asistencia técnica puedan llegar de mejor manera al productor, que se puedan tomar decisiones de manera conjunta, es decir, orientar la toma de decisiones y fortalecer el acompañamiento social.