Esta semana se lleva a cabo el XXVIII Congreso Nacional de Cerealistas, Leguminosas y Soya, organizado por Fenalce, el 26 y 27 de octubre en Bogotá, en torno a la competitividad y seguridad alimentaria de los cultivos de esta cadena agroindustrial. Este congreso de productores de cereales del gremio maicero supera todas las expectativas.
“El sector agroalimentario está viviendo un nuevo escenario, debido a que cultivos de ciclo corto como el maíz, el frijol, la soya, el trigo y la arveja, entre otros, surgen ahora como alimentos solución para la inflación, que es fundamentalmente alimentaria, así como a la coyuntura actual del comercio internacional, que en los dos últimos años encareció la comida de animales y humanos, al punto que ahora resulta más económico producirlos en el país”, aseguró Henry Vanegas Angarita, gerente general de la Federación Nacional de Cultivadores de Cereales, Leguminosas y Soya -Fenalce-.

Según Fenalce, “conscientes de esta nueva realidad en medio de la crisis internacional y el cambio climático, la competitividad de estos granos básicos de la seguridad alimentaria ha acaparado la atención de los inversionistas, financiadores, empresarios, emprendedores, agricultores, profesionales del sector, agroindustria de balanceados, subsector pecuario y del consumidor en general”.
Vanegas Angarita cree que “el nuevo escenario colombiano se configura ante una inflación desbordada y un dólar al alza, que obliga a analizar cuál va a ser nuestro modelo de negocio y la apuesta de país para responder a esa nueva realidad”.
En su opinión, “si bien Colombia confió en la globalización y funcionó por 30 años de esa manera aperturista (de 1991 a 2021), esa alta dependencia de las importaciones ahora con el dólar fuerte y el petróleo cercano a los cien dólares encareció mucho más la comida a los colombianos”.

Bienvenidos al XXVIII Congreso Nacional de Cerealistas, Leguminosas y Soya

MIÉRCOLES, 26 DE OCTUBRE
7:00 A.M. Registro y Acreditación
Centro de Convenciones Hotel WYNDHAM – Bogotá
Avenida La Esperanza No. 51 – 40
Visita de los inscritos a los Stands
y muestra comercial
8:00 A.M.
Acto Protocolario de Inauguración Congreso.
Henry Vanegas A. – Gerente General – Fenalce
Fernando Ramos Flórez – Presidente Junta Directiva- Fenalce
8:30 A.M.
9:00 A.M. Instalación o_cial: Políticas del Gobierno Nacional para
el Subsector maicero.
9:30 A.M. Refrigerio
10:00 A.M. Apuesta gremial:Construir soberanía alimentaria con
Biotecnología
Participan:
10:30 A.M. Plan de Ordenamiento Productivo cadena de Maíz.
Dr. Felipe Fonseca. Director UPRA.
Ministra de Agricultura y Desarrollo Rural
Dra. Cecilia López Montaño
Entrega de Medalla al Mérito Cerealista, Mérito
Leguminosas y Mérito Soya 2022.
Biol. Jenny Jimenez Grupo IGP Unal – Fenalce
Biol. Yadira Rodriguez Grupo IGP Unal – Fenalce
Biol. Meyke Estrada Grupo IGP Unal – Fenalce
Agricultor Roberto Tisnes Mejía Caicedonia – Valle
Dr. Ever Andrés Vargas Escobar – Fitomejorador Fenalce
Moderador: Dr. Julian Mora. Universidad Nal de Colombia
12:45 P.M. Almuerzo y recorrido por los stands (muestra comercial)
11:00 A.M. Panel de Discusión: Maíz de Alto Rendimiento
12:00 M. Uso de fertilizantes fosfatados y magnésicos en cereales para
altos rendimientos.
I.A. M.Sc. José Miguel Mesa Fernández – MOSAIC
12:15 P.M. CONFERENCIA: “Ciencia agronómica para mejorar la
productividad en campo”
Dr. Simón Fonteyne – CIMMYT – México.
Ing. Ernesto Cruz – ATIDER – México
Ing. Andrés Arango – I.A Colombia
Dra. Ángela María Cabal – Agricultora Valle
Ing. Fernando Ramos F – Agricultor Cordoba
Moderador: Henry Vanegas – FENALCE.
2:00 P.M. Potencialidades y limitantes del desarrollo agrícola de la
Soya en Colombia, desde la perspectiva Argentina.
Fernando Salvagiotti – INTA – Argentina.
4:20 P.M. Adaptación al cambio climático en sistemas de producción
agrícola en Colombia. Proyecto CSICAP (Fondo Verde del
Clima).
Dr. Jeimar Tapasco – Alianza de Biodiversity Int. – CIAT.
2:30 P.M. Agricultura de precisión el camino hacia la agricultura
competitiva.
Ing. Diego Villaroel – INTA – Argentina.
Convenio INTA – FENALCE – AGROSAVIA
3:00 P.M. FORO: El frijol, base de la seguridad alimentaria en
Agricultura Familiar
SESIÓN SEGURIDAD ALIMENTARIA MAÍZ
SESIÓN SEGURIDAD ALIMENTARIA FRIJOL SOYA
Participan:
Dra. Elizabeth Portilla – Alianza Biodiversity Int. – CIAT.
Prof. Gustavo A. Ligarreto – Universidad Nacional de Colombia.
Dra. Adriana Patricia To_ño Rivera – Agrosavia – C.I Motilonia.
Dra. Diana Peláez. Investigadora Medellín – Antioquia.
Moderador: Carmen Julio Duarte – Dir. Técnico – FENALCE.
5:00 P.M. Experiencia en el seguimiento de metas climáticas de la
cadena de valor del maíz y el frijol en el Caribe Colombiano.
Maria Eugenia Bedoya / Katherine Vargas / Leonhard S. Schneider
GiZ – Cooperación Alemania Colombia.
5:30 P.M. Agroclimatología en función de los productores de cultivos
agroalimenticios.
Climatólogo M.Sc. Jhon Jairo Valencia FNL – FENALCE.
6.00 P.M. Coctel
JUEVES
27 DE OCTUBRE
Agricultura Regenerativa, Competitiva y sostenible
Experiencias de agricultura agroecológica sustentable de
alta rentabilidad.
Pedro Isabeles Flores – Utopía Consulting Group – México.
Programas y servicios de la BMC para productores de
Cereales, Leguminosas y Soya.
Yules Fabian Cruz García – Director Mercados Privados. Bolsa Mercantil de
Colombia.
Diseño y propuestas de secado portátil, estacionario y de
flujo continuo para maíz y soya disponibles en el mercado.
Empresas invitadas: SuperBrix y secadoras LAW.
FORO: El aporte de microbiomas en la nutrición de cultivos y
opciones de fertilización orgánico-mineral.
FORO: Mecanización Agrícola con énfasis en siembra directa.
Participan:
Dr. Luis Orlando Castro. Salus Mundi. México – Colombia.
Dr. David Morris Johnston. Instituto Max Planck – Univalle.
Ing. Pedro Isabeles Flores – Utopía Consulting Group – México.
Nelson F. Rodríguez L. Centro de Inv. Biotecnología y Agroindustria –
UIS.
Moderador: I.A. M.Sc. José Gabriel Ospina. Líder Nutrición de
Cultivos – FENALCE.
Participan:
Empresas de maquinaria Argentina invitadas
(Cámara de Mecanización)
Moderador: Alejando Eduardo Saavedra – INTA – Argentina.
12.00 P.M Almuerzo libre y visita al stand de Fenalce en Agrofuturo (Corferias).

Los alimentos, el principal activo
Los cereales son fuente de calorías, como el maíz, y las leguminosas son fuente de proteína, entre las que sobresale la soya. Si bien ésta última no es de consumo directo en la dieta tradicional, es imprescindible para la producción animal y así mejorar la dieta mediante la ingesta humana de pollo, huevo, cerdo, pescado, leche y carne.
Henry Vanegas considera que ahora no es suficiente la diversidad, “hay que seleccionar el modelo de negocio, en los que los alimentos se han convertido en un activo, que, aunque con volatibilidad van a seguir siendo muy rentables”. Para Fenalce, el agro se convierte así en una oportunidad de inversión, en la opción de volver a producir de nuevo, de reactivar la economía desde el campo y generar empleo, ingreso y riqueza a nivel local. De esa búsqueda surgió la iniciativa Soya-Maíz: Proyecto País.
En el Congreso gremial de Fenalce, en primera instancia el gobierno planteará los lineamientos de política para generar confianza inversionista en el agro, reconfigurar la visión de país productor de alimentos y ofrecerá nuevas condiciones financieras e instrumentos de manejo del riesgo para los cultivos agroalimentarios.
La disponibilidad de áreas del recurso suelo para esta actividad agrícola será abordado mediante el plan de ordenamiento productivo de UPRA. Se socializará de forma práctica el aumento de la productividad, intercambiando experiencias y prácticas innovadoras entre expertos internacionales y productores regionales, el cómo afrontar cambio climático y las acciones que se vienen implementando en diferentes instancias, para rematar viendo las diferentes opciones y sistemas productivos con agricultura de precisión, manejo agroecológico, instrumentos bursátiles e infraestructura de secamiento para la poscosecha.
En la medida que se tenga secamiento se va a poder dar la sustitución de importaciones, romper la estacionalidad de las cosechas y garantizar una oferta de alimentos más estable.
El interés general en este encadenamiento productivo agroalimentario se ve reflejada en el récord de inscritos al Congreso de Cerealistas, que ha superado todas las expectativas. Quienes no lograron el aforo correspondiente, podrán verlo por las redes sociales del gremio Fenalce y por Facebook Live de AgroCultura Caribe.

Las estadísticas más sobresalientes
Según lo estima Fenalce, Colombia consume actualmente 7,2 millones de toneladas de maíz y 2,4 millones de soya (sumado el grano de frijol soya como la torta) para atender sus necesidades de consumo humano y elaborar nueve millones de toneladas de alimento balanceado para animales, que también son consumidos por los humanos mediante la ingesta del huevo, el pollo, el cerdo, gran parte de los peces, la leche, la parte final de la ceba bovina y adicionalmente elaborar el alimento para las mascotas. Además, se produce maíz para arepas, snacks, almidones, jarabe de alta maltosa para la cervecería y uno que otro uso industrial.
Henry Vanegas afirma que para la formación del precio del maíz y de la soya en el mercado interno se tiene en cuenta la cotización base del spot en la Bolsa de Chicago, las bases y fletes internacionales, los gastos portuarios y el flete interno hasta llegar a la puerta de la fábrica o sitio de consumo.
A precios de hoy, esos 7,2 millones de toneladas de maíz en el mercado interno valen $11,5 billones y la soya cuesta $6,5 billones adicionales, con lo cual estos dos granos básicos: el maíz (fuente de calorías) y la soya (fuente de proteína), considerados subsectores de la cadena de agroalimentos, manejan alrededor de los $18 billones al año en Colombia.
“Si hacemos ese mismo ejercicio comparativo con el precio interno de referencia del café, que se calcula de acuerdo con la cotización de cierre del día en la Bolsa de Nueva York y el diferencial o prima del café colombiano, sin adicionar las bonificaciones de cafés especiales, se tiene que 12 millones de sacos equivalentes a seis millones de cargas de café pergamino seco que a precios de hoy ($2,5 millones la carga de 125 kilos) valen $15 billones”, explicó Vanegas Angarita.
“Esas cifras nos indican -agregó-, que necesitaríamos exportar 14 millones de sacos de café, a precios de la actual coyuntura, para que siete millones de cargas equiparen lo que mueve y dinamiza económicamente el maíz y la soya en el mercado interno colombiano. Y que éstos últimos, el maíz y la soya sean producidos en el país, en vez de comprarle a terceros países, dinamizando las economías foráneas”.
“Podríamos argüir que es una situación coyuntural, pero para el caso de este ejercicio tendría que contemplarse, en primer lugar, en cuál de los dos grupos de granos objeto de análisis ha sido más coyuntural el aumento de precios, porque los granos agroalimenticios, a pesar de las volatibilidades del mercado internacional, ya completan dos años de precios altos y todo indica que la demanda de cultivos agroalimenticios de ciclo corto continuará creciendo, acentuada por el cambio climático y el aumento creciente del déficit comercial agroalimentario de los países en desarrollo. En Colombia la cadena agropecuaria en la cual el maíz y la soya participan como materia prima principal, el crecimiento es de 6 % anual”, aseguró el gerente general de Fenalce.
Según Henry Vanegas, “hasta hace dos años era más atractivo abastecerse de materias primas importadas, que al estar subsidiadas resultaba viable traerlas y a la postre más baratas. Pero, la situación cambió y estos commodities se encarecieron desde el origen (el precio de la soya pasó de USD 300 a entre USD 550 y USD 600 por tonelada; el maíz de USD 150 a USD 250, subió el petróleo (se mantiene cercano a los USD 100 el barril) y por consiguiente el transporte, se congestionaron los puertos y la tasa de cambio se mantiene alta y con tendencia alcista (al tope de los $5.000 por dólar).

Entonces, según Fenalce, no es una variable la que coyunturalmente elevó los precios, ni por un escaso lapso de tiempo, inclusive han ido surgiendo otros agravantes como el cambio climático, la pospandemia, el conflicto entre Rusia y Ucrania, la situación geopolítica, entre otros, que hacen cada vez más latente la necesidad de contar con un componente de producción local e involucrarla en sus procesos de transformación agroindustrial.
Lo anterior indica que no es descabellada la idea del nuevo gobierno al priorizar la cadena del maíz como un proyecto nacional y estratégico (Pine) para avanzar como cadena productiva unificada en torno a una propuesta que permita garantizar una oferta alimenticia estable y recuperar esos mercados de la industria avícola, porcícola, láctea y el autoabastecimiento alimenticio que se perdieron en las últimas tres décadas.
Para la agroindustria de alimentos balanceados puede resultar indiferente abastecerse de maíz nacional o importado, mantendría su tasa de ganancia, sus empleos y quizás su tasa de crecimiento, pero cada vez es más estratégico conformar sistemas agroalimentarios sólidos, sostenibles e inclusivos para mejorar aún más sus índices de eficiencia y que el país alcance los objetivos de desarrollo de una manera armonizada con el contexto global.
Según el mapa de maíz de Unidad de Planificación Rural Agropecuaria -Upra-, Colombia cuenta con más de 18 millones de hectáreas aptas para siembras de maíz por semestre y tan solo se siembran cerca de medio millón al año, de las cuales 50 % están siendo sembradas en maíz tecnificado y un 50 % tradicional.
Para Fenalce, el tema no acaba con involucrar un millón de hectáreas en nuevas siembras, sino en lo que dinamizan esas nuevas inversiones con la generación de 250.000 empleos rurales (los jornales de cada cuatro hectáreas equivalen a un empleo directo), además que vincularía 2.000 profesionales a la asistencia técnica agrícola y a muchas otras profesiones al campo para trazabilidad, manejo de información, análisis y automatización de procesos e innovaciones tecnológicas; se necesitaría disponer de al menos tres millones más de toneladas de cal, fosfatos o bioabonos; un millón de demanda agregada en toneladas de fertilizantes y en bolsas de semilla; al igual que la demanda en maquinaria, implementos, repuestos, talleres, insumos, combustible, transporte, bodegas, etc., que contribuyen a generar mucho más ingreso y a dinamizar la economía desde lo local, regional y nacional.
Hoy en muchas zonas de Colombia se obtienen rendimientos en maíz que rondan las diez toneladas por hectárea (Valle del Cauca, zona cafetera marginal baja, meseta de Ibagué), en la Altillanura se obtienen rendimientos que superan las siete toneladas por hectárea en maíz y las tres toneladas por hectárea en soya; disponemos de genotipos de maíz híbrido que han demostrado altos rendimientos en nuestras condiciones de producción, donde hacen presencia las mayores empresas semilleras, además de empresas nacionales privadas y de la agroindustria maicera, para aprovechar eficientemente la oferta climática (tres meses de lluvia por semestre), bajo un enfoque de agricultura regenerativa donde coexista la tecnología con lo convencional.
Henry Vanegas cree que todavía hace falta trabajar con mayor énfasis en la infraestructura de secamiento, para tener el producto en las condiciones que lo requiere la industria y el consumidor final, romper así la estacionalidad de cosechas y hacer bien dos semestres agrícolas por año.
“Falta capacitar al personal técnico y mejorar las vías de penetración a las regiones productoras, flexibilizar el crédito para visibilizar los cultivos agroalimenticios como opción competitiva y rentable, que tiene mercado, que tiene precio, tierras aptas, con tecnología y conocimiento de su cultivo, porque lo que ha faltado es voluntad y decisión para reactivar el campo, generar comida, empleo, riqueza y bienestar social”, concluyó el gerente general de Fenalce, Henry Vanegas.
