Garantizar la seguridad alimentaria para la humanidad en las próximas décadas, con políticas, estrategias y acciones que mejoren las condiciones de vida de millones de agricultores y ganaderos que en el mundo cultivan la tierra, es uno de los grandes retos de los Estados y organismos multilaterales.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura -FAO-, consciente de la gran responsabilidad para mejorar la productividad en la economía rural, promueve y apoya la renovación e innovación en los sistemas y procesos de producción agropecuaria en el mundo, con el aprovechamiento de las nuevas tecnologías.
El organismo multilateral considera a la innovación agropecuaria, una fuerza motora clave para lograr un mundo libre de hambre y malnutrición.
Para la FAO la innovación, concepto que suele relacionarse con la tecnología, va mucho más allá.
Dice que
«la innovación agrícola es el proceso mediante el cual individuos u organizaciones ponen en uso productos, procesos o formas de organización -nuevas o existentes- por primera vez en un contexto específico; esto para aumentar la eficacia, la competitividad y la capacidad de recuperación con el objetivo de resolver un problema».
Ahora cuando en Colombia y en el mundo, los sectores públicos y privados acuerdan políticas integrales con el propósito de elevar los índices de productividad, competitividad y rentabilidad en la producción, la agricultura y la ganadería no deben rezagarse, para lo cual es prioritario incluir y aprovechar los últimos avances tecnológicos y de las comunicaciones en la economía rural.
Como lo señala la misma FAO, la innovación agropecuaria abarca todas las dimensiones del ciclo de producción y toda la cadena de valor: desde la producción agrícola, forestal, pesquera o ganadera a la gestión de insumos y el acceso a los mercados. Entre las prioridades del organismo multilateral está incentivar y respaldar los programas que emprendan los gobiernos, empresarios, trabajadores y profesionales que, en el mediano y largo plazo, contribuyan a asegurar la a seguridad alimentaria y nutricional en todos los países.
Tanto el director saliente de la FAO, José Graziano da Silva, de Brasil, como el nuevo director, el chino Qu Dongyu, quien asumirá el próximo 1º. de agosto, reconocen que en la medida en que se aprovechen las nuevas tecnologías, será factible erradicar la pobreza extrema para toda la población en 2030.
En nuestro país grícola, un evento como Agroexpo 2019, es una excelente oportunidad para conocer e implementar los últimos y dinámicos avances de la ciencia en la producción agropecuaria. Como en las anteriores versiones del evento, este año también están presentes compañías extranjeras y nacionales que, con investigación, innovación e inversión, ofrecen materias primas, insumos, maquinarias, conocimiento, soluciones y procesos administrativos y comerciales que, en conjunto, contribuirán para que la producción nacional agropecuaria, pronto recupere el liderazgo que durante mucho tiempo tuvo en la economía colombiana.
El Gobierno, a todo nivel: nacional, regional y local, debe asumir el liderazgo y en concertación con agricultores, ganaderos, profesionales, técnicos, gremios, universidades e investigadores, definir políticas que, ahora sí, ayuden a un verdadero desarrollo rural. Además de productividad, se requiere mayor inversión en salud, educación, vivienda, servicios públicos e infraestructura, para que los campesinos no abandonen la tierra y, muchos, que se fueron regresen a las fincas y haciendas.
Reconversión y modernización, son los caminos para seguir para que el campo se consolide en los próximos años, como unos de los principales motores que permitan a Colombia avanzar para consolidar la paz, el progreso y el bienestar nacional.
Seguridad alimentaria