La investigación científica es clave en la producción mundial de alimentos. Según la FAO, “el futuro de los sistemas agroalimentarios debe basarse en la ciencia y la innovación para lograr responder a los complejos desafíos que afronta la humanidad”. Así lo aseguró QU Dongyu, director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura –FAO–.
Sin duda alguna, la producción de alimentos y materias primas de origen agropecuario estarán basados en la aplicación de las herramientas tecnológicas que van surgiendo a la par de la cuarta Revolución Industrial y en la medida en que se incrementan las necesidades de mayor suministro de bienes y servicios para la necesaria supervivencia de los seres (humanos, animales y vegetales).
La estrategia de la FAO para la ciencia y la innovación será la segunda nueva estrategia temática de la Organización, después de la estrategia sobre el cambio climático, que también se encuentra en proceso de elaboración y sustituirá una versión anterior aprobada en 2017.
Esta nueva estrategia para la ciencia y la innovación llega en medio de desafíos mundiales complejos y sin precedentes. A pesar del aumento de la producción mundial de alimentos, en 2020 había hasta 161 millones de personas subnutridas más que en 2019. La función de la FAO como principal organismo de las Naciones Unidas en el sector agroalimentario consiste en ayudar a aprovechar los últimos avances en el panorama en constante evolución de la ciencia, la tecnología y la innovación con miras a desempeñar un papel clave en el diseño de nuevas soluciones.
El director general de la FAO subrayó la función fundamental de la ciencia con objeto de proporcionar bases sólidas para el nuevo Marco estratégico general de la FAO para 2022-2031. Las 20 esferas programáticas prioritarias de la Organización establecidas en el marco estratégico son impulsadas por cuatro “aceleradores”: tecnología, innovación, datos y complementos (gobernanza, capital humano e instituciones).
“La ciencia es la base de los cuatro aceleradores”, recalcó QU. Desde que asumió el liderazgo de la FAO en 2019, el director general de la Organización ha implementado varias iniciativas con el fin de reforzar la función de la ciencia y la innovación en la labor de la Organización:
Un nuevo puesto de Científico Jefe de la FAO, el primero en la historia de la Organización, vela por la solidez, amplitud e independencia de sus enfoques científicos.
Una nueva Oficina para la Innovación consolida y fortalece el espíritu innovador de la FAO.
Nuevas iniciativas históricas basadas en datos científicos, como la Iniciativa Mano de la mano, que se sustenta en la importancia de los datos, y su plataforma geoespacial, que refuerza las intervenciones y la toma de decisiones relacionadas con el desarrollo sostenible fundamentadas en datos objetivos.
“El Marco estratégico respaldará la Agenda 2030 mediante la transformación hacia sistemas agroalimentarios MÁS eficientes, inclusivos, resilientes y sostenibles, para lograr una mejor producción, una mejor nutrición, un mejor medio ambiente y una vida mejor (las cuatro mejoras) sin dejar a nadie atrás”, manifestó QU QU Dongyu.
La Estrategia temática para la ciencia y la innovación prevista refleja la visión de que debe hacerse más para superar la brecha digital. La Iniciativa de las 1.000 aldeas digitales de la FAO se centra en convertir 1.000 aldeas de todo el mundo en centros digitales, con el objetivo de respaldar la transformación de los sistemas agroalimentarios.
Según dijo, el señor QU proponía la primera Estrategia de la FAO para la ciencia y la innovación a fin de reunir estas iniciativas centradas en la ciencia en un marco coherente y facilitar la elaboración de nuevas iniciativas.
El objetivo es orientar a la FAO más firmemente hacia sistemas agroalimentarios más eficientes, inclusivos, resilientes y sostenibles mejorando el uso de la ciencia y la innovación, incluidos los conocimientos indígenas y locales.
QU señaló que la consulta informal tenía como objetivo poner en marcha el proceso y solicitar observaciones de los Miembros. El plan se elaborará mediante una serie de consultas y revisiones en distintos niveles por conducto de los órganos rectores de la FAO antes de su presentación al Consejo, prevista en junio de 2022.
Algunas soluciones ante el desafío alimentario por efectos del cambio climático
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura -FAO- está apoyando a los países para mitigar y adaptarse a los efectos del cambio climático a través de una amplia gama de programas y proyectos prácticos y basados en la investigación, como parte integral de la agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
“El cambio climático -agrega- tiene efectos directos e indirectos sobre la productividad agrícola, incluidos los cambios en los patrones de lluvia, la sequía, las inundaciones y la redistribución geográfica de plagas y enfermedades. Las grandes cantidades de CO₂ absorbidas por los océanos provocan la acidificación, lo que influye en la salud de los océanos y de aquellos cuyos medios de vida y nutrición dependen de ellos.
Los cambios de temperatura, según el ODS 13 de acción climática, afecta en gran medida al sector de la agricultura y el uso de la tierra, y sus impactos provocan perturbaciones en las economías nacionales y en la vitalidad de los medios de vida rurales, los ecosistemas y la biodiversidad. Según QU Dongyu, director general de la FAO, “en nuestro mundo interconectado, esto constituye una amenaza particular para la seguridad alimentaria y la nutrición a escala mundial”.
Paradójicamente, el sector agropecuario y el uso de la tierra constituye uno de los principales contribuyentes a las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Para este caso, la financiación del desarrollo global juega un papel crucial en el fomento de la agricultura para mitigar y adaptarse al cambio climático, y es una fuerza impulsora en el logro del Acuerdo de París sobre los objetivos del cambio climático, los ODS y la Agenda 2030.
Un reporte de la Oficina de Cambio Climático, Biodiversidad y Medio Ambiente de la FAO (OCB), junto con la División de Movilización de Recursos y Alianzas del Sector Privado (PSR), analiza las principales características del financiamiento climático y los compromisos de cada nación, y muestra cómo se apoyará a los funcionarios gubernamentales que representan a sus países en la próxima COP26, donde se esperan decisiones que contribuya al financiamiento climático en el sector de la agricultura y el uso de la tierra.
QU Dongyu se refirió también que los sistemas agroalimentarios sostenibles son una «parte fundamental de las acciones y soluciones a la crisis climática, la inseguridad alimentaria y la pérdida de biodiversidad, que son crisis globales que enfrenta el mundo hoy en día”, e insistió en la necesidad de celeridad en la toma de decisiones para lograr soluciones concretas. «Trabajamos contra el tiempo porque necesitamos ser más efectivos, más eficientes e innovadores que el cambio climático», dijo Qu al abrir una consulta informal con los miembros sobre el desarrollo de una nueva estrategia temática de la FAO sobre el cambio climático.
Señaló que el último informe del Grupo IPCC puede calificarse como una «verificación de la realidad para todos nosotros» y advirtió que las devastadoras inundaciones en el norte de Europa, los Estados Unidos de América y China, junto con los incontrolables incendios forestales de Canadá a Siberia pusieron de manifiesto la gravedad de la crisis climática, “cuyos impactos se prevé que continúen intensamente a menos que tomemos medidas inmediatas, ambiciosas y audaces”.
«Los sistemas agroalimentarios ecológicos y resilientes a a los cambios de temperaturas son fundamentales para resolver la crisis climática», dijo QU Dongyu, pero «necesitamos proporcionar alimentos nutritivos con una huella de carbono baja, de manera sostenible». En este sentido, “la nueva Estrategia de la FAO sobre Cambio Climático se centrará en la construcción de sistemas agroalimentarios que produzcan más alimentos con mayores beneficios socioeconómicos, pero con menos impacto en el medioambiente y los recursos naturales, que generen desarrollo rural y mejores medios de vida”.
Esa estrategia de la FAO se alineará plenamente con cuatro nuevas iniciativas temáticas: sobre la participación del sector privado, la incorporación de la diversidad biológica, la ciencia y la innovación y la responsabilidad ambiental de las empresas. “Esto será fundamental para que la FAO cumpla con su marco estratégico general para 2022-2031 y que los países miembros aborden la crisis climática y alcancen los ODS”). «Necesitamos soluciones innovadoras y sabias que cambien el juego basadas en la colaboración y las asociaciones para transformar los sistemas agroalimentarios en MÁS eficientes, MÁS inclusivos, MÁS resilientes y MÁS sostenibles», dijo el director general.
La FAO ha realizado contribuciones sustanciales para ayudar a los países a avanzar en el ODS 13. También ha desempeñado un papel impulsor en la inclusión de la agricultura en las negociaciones mundiales sobre el cambio climático y en la vinculación de la agricultura con los Planes Nacionales de Adaptación (NAP) y las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC), canales clave para el cumplimiento del Acuerdo de París.
La entidad dispone de varios los productos de conocimiento y herramientas de monitoreo, como el modelo de productividad del agua AquaCrop, la Herramienta para la Evaluación del Desempeño Agroecológico, la Zonificación Agorecológica y las tecnologías geoespaciales como OpenForis y Sepal, que son ampliamente utilizadas para la acción climática por partes interesadas externas en la agricultura.
Además, actividades como las que se centran en reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos, si bien no están vinculadas formalmente al ODS 13, sí tienen grandes contribuciones potenciales para abordar la crisis climática. La FAO ayuda a los gobiernos miembros a acceder a la financiación climática del Fondo Verde para el Clima y el Fondo para el Medio Ambiente Mundial para desarrollar proyectos sobre el terreno.